Adriana se estaba preparando para dedicar el próximo año de su vida a un proyecto de detección de cáncer en el Instituto Politécnico Nacional. Ya había contactado con la titular de un equipo de investigación de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas de la institución, que la había invitado a sumarse a su equipo.
Soñaba con aplicar sus conocimientos en productos naturales para entender mejor la enfermedad, que se ubica como la tercera causa de muerte en México.
Para poner manos a la obra, la joven egresada de la maestría y doctorado en Química por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo solo esperaba una cosa: la aprobación de la beca de su estancia posdoctoral, otorgada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), que le fue denegada sin explicación.
Para poder concursar en una plaza (como investigadora) en una universidad, Conacyt pide que tengas al menos un año en estancia posdoctoral. Es un fortalecimiento para ser mejor profesionista
Como Adriana, al menos otros 33 aspirantes a una estancia posdoctoral se quedaron sin apoyo económico y sin respuesta de parte de la institución, que de acuerdo a las bases de la convocatoria debería ponerse en contacto con ellos.
“En la convocatoria de Conacyt dice que tiene que dar respuesta a los inconformes de por qué o recibieron la beca, pero no lo han hecho”, dice Ulises Vera, miembro del grupo firmante que planeaba hacer una estancia posdoctoral en el Colegio de México, en un proyecto de sociología.
Además, buscan conocer el destino de 102 becas que, aseguran, no fueron entregadas.
“Las becas de posdoctorado buscan fortalecer también a los programas receptores y no sabemos si este criterio fue considerado por los revisores y pedimos que esclarezcan el punto, así como todos los procesos de evaluación y asignación de las becas, además del otorgamiento de las 102 becas faltantes en los resultados del 2019 y que representan la disminución del 13.6% del número de becas para Estancias Posdoctorales nacionales con respecto al año 2018”, publicaron los doctores recién egresados en una carta dirigida a la titular del organismo, María Elena Álvarez-Buylla, el 30 de julio.
Carta para @Conacyt_MX en la cual #jóvenesinvestigadores expresamos nuestra inconformidad sobre la reducción y resultados de las becas para Estancias Posdoctorales Nacionales 2019-1 #NosFaltan102PosdocNacionales
#investigadoresporlaciencia pic.twitter.com/LjyxeLbEZH— Jóvenes Investigadores en lucha por la ciencia (@jovenes_ciencia) July 30, 2019
¿Dónde quedó la bolita?
La misiva a Álvarez-Buylla acusa una reducción de las estancias posdoctorales de primer año asignadas, respecto a las otorgadas en el mismo periodo del año anterior.
“En la convocatoria de ‘Estancias Posdoctorales Nacionales’ de 2018-1 se otorgaron 752 becas en total (incluyendo las condicionadas), mientras que en esta convocatoria 2019-1 se otorgaron únicamente 650 becas en total. Esto implica una reducción del 13.6% en la aprobación de becas, a pesar de que los presupuestos 2018 y 2019 son similares al igual que las cantidades otorgadas por cada beca posdoctoral”, dicen los firmantes de la misiva.
Estamos pidiendo que nos digan por qué no asignaron estos 102 proyectos
, dice Vera.
El Conacyt informó a través de una nota aclaratoria, con fecha de 25 de julio, que para este año “el presupuesto destinado para cubrir las estancias posdoctorales de segundo año recibirá un incremento cercano al 100%, con respecto al año anterior”, puesto que en 2018 se entregaron más becas posdoctorales de nuevo ingreso y se busca que los actuales becarios continúen sus proyectos.
Dicho compromiso presupuestal implica equilibrar y optimizar la administración del presupuesto para becas posdoctorales de primer año, lo cual se ha hecho sin afectar las funciones primordiales de los programas
, dice el comunicado.
Sin embargo, los doctores aseguran que esta medida representa “una reducción de casi 50% de los apoyos para los investigadores”, pues únicamente se financiará a la mitad de quienes optan a un segundo año de estancia posdoctoral, en detrimento de los apoyos a quienes cursarán el primer año.
Las 752 becas asignadas el año pasado corresponden a los seleccionados para primer y segundo año de la estancia posdoctoral.
EL CEO solicitó conocer la postura de Conacyt sobre la disminución de proyectos de estancias posdoctorales aprobados respecto al año pasado, pero al cierre de esta edición no consiguió respuesta.
Mismo presupuesto, asignaciones inciertas
En la convocatoria a las estancias posdoctorales, publicadas por Conacyt el 25 de marzo de este año, se explica que los recursos se entregan “en el marco del Programa de Becas de Posgrado y Apoyos a la calidad y con el objetivo de promover la formación integral de investigadoras/es mexicanas/os, vinculada al fortalecimiento de la docencia, la investigación y la innovación en el país”.
Para este año, el PEF tiene presupuestado otorgar 10,075.1 millones de pesos para el programa de becas de posgrado. Esta cifra es apenas 0.24% inferior a lo destinado el año anterior.
En 2018 se destinaron 370 millones de pesos para 615 estancias posdoctorales nacionales, 331 estancias posdoctorales al extranjero, 112 estancias sabáticas entre nacionales y al extranjero, así como apoyar a 33 instituciones para el programa de Repatriaciones y Retenciones, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF). En suma, se estimó apoyar 1,091 proyectos.
Para este ejercicio fiscal no se desglosó el número de becas por rubro, aunque se estimó apoyar un total de 1,139 estancias posdoctorales nacionales y al extranjero; sabáticas nacionales y al extranjero; así como repatriaciones y retenciones, de acuerdo con el resumen del gasto del PEF.
Es decir, se proyecta entregar 48 becas más que el año pasado.
Sin embargo, al no existir transparencia en la asignación de los recursos ni comunicación directa del Conacyt con los aspirantes rechazados, no se sabe quiénes se beneficiarán de ellos.
Es un golpe muy bajo para los recién egresados del doctorado. Tenemos la idea de que estudiar es para ser un mejor profesionista. México necesita jóvenes investigadores, pero nos ponen barreras. Yo ya no me puedo dedicar a lo que estudio, tengo que buscar otras alternativas, y hasta con menor salario
,finaliza Adriana.