Cuando se trata de controlar contenido dañino, YouTube aún no logra responder adecuadamente, reconoció Sundar Pichai, CEO de Google.
El ejecutivo dijo que, al igual que ocurre en su motor de búsqueda, están tratando de clasificar el contenido de forma proactiva, basándose en la calidad, como una manera de limitar la propagación de publicaciones extremistas.
“Es un problema informático duro, también es un problema social difícil porque necesitamos mejores marcos en torno a lo que es el discurso del odio, lo que no, y cómo nosotros, como empresa, tomamos esas decisiones a gran escala y que sean correctas”, dijo Pichai en una entrevista con Axios transmitida el domingo.
“No estamos donde queremos estar”, admitió.
Al ser cuestionado sobre su opinión en el caso de una niña de 14 años cuyo canal consistía en opiniones antimusulmanas, antisemitas y homófobas, el CEO de la compañía aseguró que no conocía los detalles de ese video específico, pero que en general no quieren contenido dañino en ninguna de sus plataformas.
La semana del infierno
Diversos medios han bautizado a la semana pasada como la del infierno para la plataforma de video luego de diversos escándalos.
El principal fue la respuesta que dio ante las acusaciones en contra de Steven Crowder, un youtuber de derecha acusado por el periodista de Vox, Carlos Maza, de emitir constantes burlas homófobas y sobre su etnicidad.
La primera respuesta de YouTube fue determinar que el contenido no violaba sus reglas.
“Como plataforma abierta, es crucial para nosotros permitir que todo, desde creadores hasta periodistas y presentadores de programas satíricos, expresen sus opiniones como parte de nuestro acuerdo. Las opiniones pueden ser muy ofensivas, pero si no violan las reglas, permanecen en nuestro sitio”, escribió el equipo de YouTube en Twitter.
La decisión fue recibida con una oleada de críticas, entre ellas la de la legisladora Alexandria Ocasio, y un día después, la plataforma de video revisó su decisión, anunciando que los videos de Crowder habían sido desmonetizados.
Esto fue recibido con una nueva avalancha de cuestionamientos, ahora principalmente del lado conservador, acusando a YouTube de censura, entre ellos el republicano Ted Cruz.
En medio del alboroto, YouTube anunció que estaba actualizando sus políticas para acabar con los videos extremistas, aunque reconoció que las nuevas políticas podrían perjudicar a los investigadores que buscan estos videos ‘para comprender el odio y combatirlo’.
Las políticas también podrían frustrar a los defensores de la libertad de expresión que dicen que el discurso de odio no debe ser censurado.
Jonathan Greenblatt, director ejecutivo de la Liga Antidifamación, que investiga el antisemitismo, dijo que había aportado información a YouTube sobre el cambio de política.
“Si bien este es un paso importante, este movimiento por sí solo es insuficiente y debe ser seguido por muchos más cambios de YouTube y otras tecnológicas para contrarrestar adecuadamente el flagelo del odio y el extremismo en línea”, dijo Greenblatt.