La nueva definición mundial del kilogramo, que ya no depende de ningún objeto físico, entró en vigor este lunes, en el Día Mundial de la Metrología.
Hasta ayer, la definición del kilo dependía del cilindro metálico denominado ‘Gran K’, cuyo original se conserva desde 1889 en la Oficina Internacional de Pesos y Medidas (BIPM, por sus siglas en francés) en Sevres, a pocos kilómetros al oeste de París.
El nuevo sistema de medidas fue decidido en noviembre de 2018 en Versalles, Francia, por la Conferencia general de pesos y medidas (CGPM), un organismo creado a finales del siglo 19 y que se reúne cada cuatro o seis años.
La decisión se dio luego que los científicos constataron que la masa de este prototipo internacional había variado, de forma muy ligera, en comparación con otras seis copias realizadas a finales del siglo XIX de este mismo cilindro, compuesto de platino e iridio.
La variación del peso de la ‘Gran K’ resultaría anecdótica para la mayoría de las personas, pero suponía un problema para la ciencia y la industria inmersas en la era de lo increíblemente minúsculo, sobre todo gracias al desarrollo de la tecnología cuántica.
Los representantes de 60 países tomaron entonces ‘una decisión histórica’ a favor de una nueva definición del Sistema internacional de unidades (SI), lo que implicó modificar la definición mundial del kilogramo así como del amperio, el kelvin y el mol.
El kilogramo se derivará a partir de la constante de Planck (h), una constante fundamental de la física cuántica.
El kelvin, medido hasta ahora a través del agua, será definido a través de la constante de Boltzmann (k), una unidad relacionada con la agitación térmica de las partículas de un cuerpo.
El amperio se medirá a partir de la carga elemental (e), la carga eléctrica de un protón, y el mol, una unidad utilizada sobre todo en la química, dependerá directamente de la constante de Avogadro (NA).
¿Pero qué significa el cambio?
De acuerdo con el sitio especializado Science Alert, el cambio no supondrá ninguna diferencia perceptible para la vida de la mayoría de las personas, ya que un kilogramo de manzanas seguirá siendo un kilogramo de manzanas, pero marcará una diferencia en el ámbito de la metrología y la ciencia.
Para los metrólogos, la candela, el amperio y el lunar se redefinirán a una mayor precisión en función del kilogramo, mientras que los científicos contarán con herramientas mucho más precisas para realizar mediciones que podrían ayudar a reexaminar las leyes de la física, explicó el director emérito de la Oficina Internacional de Pesas y Medidas (BIPM), Terry Quinn, citado por Engadget.