Este domingo comienza el horario de verano 2019 -adelanta tu reloj una hora-.
El programa se implementó por primera vez en México en 1996 como una medida para ahorrar energía eléctrica adelantando una hora el reloj.
En 2001, cuando era jefe de gobierno de la Ciudad de México, el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador sometió el programa a una consulta popular en la que ganó la oposición a su aplicación, aunque no logró desaparecerlo.
Durante la conferencia matutina del 6 de marzo, una reportera preguntó al mandatario si pondría a consulta nuevamente el programa, a lo que López Obrador respondió que le estaba dando más atención a problemáticas “de mayor importancia” como la inseguridad y la corrupción. Sin embargo, no descartó una nueva consulta popular al respecto.
Pero cancelar el horario de verano sería un retroceso en materia de gasto de electricidad, de ahorro económico, así como de cuidado ambiental, considera el subdirector del Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), Carlos León Hinojosa.
“A nivel de usuario de electricidad, el impacto del horario de verano no es muy significativo, pero a escala nacional los beneficios se pueden traducir en beneficios mayores”, dice en entrevista.
EL CEO contrastó los datos nacionales del consumo eléctrico con los beneficios reportados por el FIDE y esto fue lo que encontró.
Ahorros
Durante los siete meses que estuvo vigente el horario de verano entre abril y octubre de 2018, el ahorro de energía eléctrica reportado por la Secretaría de Energía (Sener) fue de 945 gigawatts-hora (GW/h), el equivalente para tener encendidos sin interrupción 8.3 millones de lámparas ahorradoras un año.
Este ahorro tuvo un impacto de 1,393 millones de pesos (mdp) entre todos los usuarios de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), al utilizar una menor cantidad de energía para iluminar sus casas o negocios. Entre 2015 y 2018, el beneficio económico del programa asciendió a 5,716 mdp, según la Secretaría de Energía (Sener).
El programa beneficia también al medio ambiente, al reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) ocasionadas durante los distintos procesos de generación de electricidad, explica León Hinojosa.
De acuerdo con los datos del Sistema de Información Energética (SIE) de la Sener, el 85% de la electricidad se genera a través de plantas termoeléctricas, carboeléctricas, y nucleoeléctricas, las cuales emiten CO2 y solo el 15% se produce con tecnologías que emplean recursos renovables, como la solar, la eólica, la geotérmica o la hidroeléctrica.
“Si se termina con el horario de verano, la principal afectación sería sobre el medio ambiente. Es lo primordial”, sentencia León Hinojosa.
Aporte ambiental mínimo
No obstante, el consumo total de electricidad en el país durante todo el año pasado fue muy superior al beneficio aportado por el horario de verano. Los datos del SIE indican que el ahorro por el horario de verano representó 0.45% de la energía eléctrica consumida en el país en 2018.
En los últimos cuatro años, esta cifra se ha mantenido entre 0.34% y 0.45% de electricidad ahorrada gracias al horario de verano, en comparación con el consumo total nacional que reporta la Sener.
El reporte más reciente del Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero publicado en 2018, indica que México emitió 683 millones de toneladas de CO2 en 2015, de las cuales el 24% corresponden a la industria eléctrica, la segunda actividad más contaminante, después del transporte.
En el mismo año, la Sener reportó que el horario de verano redujo 468,000 toneladas del CO2 producido por las plantas eléctricas contaminantes, es decir, el 0.06% de todo el Bióxido de Carbono generado en México.
En Europa, los cuestionamientos al beneficio ambiental y económico del horario de verano ocasionaron que el Parlamento de la Unión Europea estableciera 2021 como la fecha de caducidad para el programa como medida obligatoria.
A partir de ese año, cada país del bloque podrá decidir si aplica o no el horario de verano en su territorio.