S&P Global Ratings determinó modificar la perspectiva de México de ‘estable’ a ‘negativa’ debido a las expectativas de un menor crecimiento económico.
“La perspectiva negativa refleja que existe una probabilidad de al menos una en tres de que bajemos las calificaciones del soberano durante el siguiente año”, explicó la agencia en un comunicado publicado este viernes.
Las calificaciones soberanas en moneda local de largo y corto plazo se mantuvieron en ‘A-‘ y ‘A-2’, respectivamente.
La decisión de modificar la perspectiva refleja el riesgo que implica el reciente cambio en las políticas públicas de la administración de Andrés Manuel López Obrador, que incluye la reducción de la participación de la IP en el sector energético y otras medidas que han afectado la confianza de los inversionistas puedan disminuir el crecimiento económico.
“Esperamos que la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador implemente políticas económicas pragmáticas que balanceen las prioridades sociales con la necesidad de mantener estabilidad macroeconómica”, detalla la agencia.
También advirtió sobre los efectos de una menor inversión del sector privado, situación que podría contribuir a un deterioro fiscal de México y a generar incertidumbre en el mercado financiero, lo que podría incluso provocar una baja en la calificación del país.
Este miércoles, el Banco de México recortó su pronóstico de crecimiento para 2019 a un rango de entre 1.1 a 2.1%, desde un estimado previo de 1.7 a 2.7%, en tanto que para 2020 ahora espera un crecimiento de 1.7 a 2.7% desde un pronóstico de 2 a 3%.
El impacto de Pemex
S&P iguala la calificación de Petróleos Mexicanos con la del país, justificándolo en una probabilidad ‘casi cierta’ de respaldo extraordinario del gobierno a la petrolera.
“Con base en políticas anteriores y considerando eventos recientes (tales como una inyección de capital presupuestada en 2019), suponemos que el gobierno continuará brindando respaldo financiero y de otro tipo a la petrolera mexicana”, señaló.
“La combinación de un débil perfil financiero y la necesidad de tomar un rol más activo en el sector energético por parte de Pemex podría aumentar el riesgo de mayores pasivos contingentes para el soberano”.
A futuro
S&P ve posible regresar la perspectiva a ‘estable’ durante el siguiente año si se cumple un escenario donde “la conducción de una política económica efectiva que mantenga déficits fiscales moderados, aliente la inversión y aumente la confianza de los inversionistas”.
Lo anterior fortalecería el panorama de crecimiento del PIB y contribuiría a mantener unas finanzas públicas estables.
Además, ven necesaria una contención de los potenciales pasivos contingentes de Pemex, para evitar la erosión del perfil financiero del país.