La lista de los principales invitados al Foro Económico Mundial de este año mantiene los mismos nombres y apellidos que hace una década. Lo único que cambia es lo que se expresa en cifras de miles de millones de dólares: su fortuna, que en conjunto sumará el 0.1% de la riqueza global.
El ánimo tampoco es similar al de 2009, cuando las principales cabezas del sistema financiero y político del mundo se reunieron en un ambiente “depresivo”, descrito por el académico de Harvard, Kenneth Rogoff.
“Todas las personas que estuvieron en ese evento, y con las cuales he podido platicar, concuerdan en que aquel fue el ‘peor Davos’ que se recuerda”, declaró Rogoff en entrevista con Bloomberg.
Dos lustros después de la primera crisis económica del siglo XXI, la recuperación monetaria de los asistentes es notoria en el semblante y temática del foro anual, en el que sólo 12 invitados suman en conjunto un incremento de 175,000 millones de dólares en su fortuna desde 2009.
En sólo 10 años, el cofundador de la firma de capital privado Carlyle Group, el financiero David Rubenstein, duplicó su riqueza; el CEO de JPMorgan, Jamie Dimon triplicó su patrimonio; y el presidente de Blackstone Group, Stephen Schwarzman incrementó seis veces su patrimonio neto.
Bloomberg detalla que este crecimiento de riqueza merece mención especial ante las tensiones comerciales y políticas que caracterizaron el desempeño económico mundial en la última década, pero también por la cada vez mayor extensión que existe entre el grupo y los ingresos de los hogares en el planeta, que se ha estancado.
Datos publicados por el banco suizo UBS y la consultora PwC señalan que la riqueza (sumada) de los multimillonarios creció de 3,400 billones de dólares en 2009 a 8,900 billones de dólares en 2017.
Las acciones emprendidas por los bancos centrales hace 10 años para combatir la crisis económica, como tasas de interés en niveles mínimos y programas de compra de bonos, respaldaron el impulso que tuvieron estos hombres de negocio –de los cuales la mayoría son hombres- en sus fortunas, debido al alza en los precios de las acciones y otros activos de inversión.
El sistema les favorece
Las medidas acordadas durante 2009 en aquella reunión anual en Suiza permitieron en gran parte que los mercados bursátiles dieran a Dimon la posibilidad de regresar a Suiza en representación de JPMorgan, en un momento en que se encuentra más grande y rentable que nunca en su historia, detalla Bloomberg, y que Schwarzman pueda anunciar este año que Blackstone maneja activos con un valor de 457,000 millones de dólares, frente a los 95,000 millones que registraron en 2008.
Y aunque el sistema financiero global ha enfrentado tensiones geopolíticas, hubo muchas razones para celebrar, al menos para los dueños de los grandes capitales de inversión que se beneficiaron del mercado alcista más largo de la historia.
Una era de dinero barato y recortes en impuestos (en Estados Unidos) que sólo dirigieron las ganancias a un sector: el más rico.
Aunque los informes y agendas de la reunión en Davos se enfocan en gran parte a analizar la desigualdad como uno de los principales riesgos para una sociedad estable, la bifurcación de la economía mundial sólo se ha acelerado.
“El mismo sistema que provocó la crisis (de 2009) aseguró que las pérdidas fueran absorbidas por la sociedad común”, afirmó el autor de El Ganador se lleva Todo: La Farsa de la Élite que Quiere Cambiar al Mundo, Anand Giridharadas.
La verdadera pérdida, aseguró Giridharadas, fue para aquellos con un mínimo o nada de activos, para quienes ésta década ha sido “desafiante, pues los salarios se estancaron y, si bien los activos de renta variable aumentaron, menos adultos en el mundo invierten en el mercado de valores que en 2009”.
En cambio, la compensación para los directores ejecutivos de las empresas más grandes de Estados Unidos es ahora 312 veces el salario promedio anual del trabajador típico, en comparación con 200 veces en 2009, 58 veces en 1989 y 20 veces en 1965, de acuerdo con un informe de la organización estadounidense Instituto de Política Económica.
Davos se mantiene como uno de los eventos de mayor alcance mediático en el mundo. Este año, el foro se titula Globalización 4.0 y se estima que recibirá a 3,000 personas.