El crecimiento de China se ralentizó en 2018 hasta llegar a su nivel más bajo en casi tres décadas al cabo de un año marcado por conflictos comerciales, una demanda interior en retroceso y un proceso para reducir el colosal endeudamiento.
La economía de China creció 6.6% en 2018, por encima del objetivo de 6.5% que se había fijado el Gobierno, aunque la expansión muestra un enfriamiento respecto al 6.8% registrado en 2017 y es el menor avance desde 1990, cuando la economía creció 3.9%.
Las acciones en los mercados asiáticos cerraron la sesión con ganancias, impulsadas por las expectativas de mayores estímulos.
La guerra comercial y la situación de incertidumbre internacional fueron los factores destacados por el director del Buró nacional de Estadísticas (BNS), Ning Jizhe.
Todo ello “tiene un impacto en la segunda economía del planeta, cuyo comercio representa un tercio de su PIB”, dijo el funcionario.
Colosal endeudamiento
Pero para los analistas, la ralentización de la economía está vinculada con las medidas tomadas por Pekín para reducir su colosal endeudamiento, lo que frena créditos y el gasto en infraestructura.
“Los principales motores de la ralentización en curso en China son interiores (…) la confianza de los consumidores ha caído y las empresas han reducido sus gastos en capital”, opinan los analistas de Capital Economics.
Ante la ralentización, el gobierno chino ha flexibilizado sus políticas en la segunda mitad de 2018, optando también por medidas fiscales, como bajas de impuestos, con la esperanza de estimular el consumo, pues la estabilidad del crecimiento sigue siendo una prioridad.
Muchos economistas prevén que la ralentización proseguirá al menos hasta la primera mitad de 2019.
“Creemos que el crecimiento va a empeorar en el primer semestre de 2019, pese a las medidas de estímulo y flexibilización cada vez más agresivas de Pekín, y podría caer por debajo de 6% en el primer semestre. Para el conjunto del año 2019, anticipamos 6%” auguran los analistas de Nomura.
El conflicto China-Estados Unidos
El pesimismo se basa en que el componente esencial de la riqueza económica china y el comercio padecen una demanda exterior debilitada, así como el conflicto comercial chino-estadounidense.
“Las exportaciones chinas deberían flaquear en los próximos trimestres, la demanda mundial sigue moderándose, aunque ha disminuido el riesgo de un frenazo causado por una escalada de la guerra comercial”, según Capital Economics.
Esta guerra comercial mermó la confianza de los mercados, aunque solamente parece haber afectado a la economía china a fines de año. En diciembre, las exportaciones chinas, expresadas en dólares, cayeron 4.4%.
Washington y Pekín intentan desde principios de diciembre resolver sus divergencias. El negociador jefe chino, el viceprimer ministro Liu He, viajará a Washington el 30 y 31 de enero, un mes antes de que expire la actual tregua acordada por ambas potencias.
El BNS indicó que la producción industrial registró un crecimiento “lento, pero estable”, aumentando 6.2% en 2018 aunque perdió impulso en los últimos meses del año.
Las ventas minoristas, que suponen un reflejo del consumo en China, también se desaceleraron, subiendo 9% anual, frente al 10.2% registrado en 2017. Sin embargo estas ventas minoristas mantiene un “crecimiento rápido”, subrayó el BNS.
Con información de Reuters y AFP