La Comisión Europea alcanzó un acuerdo con Italia sobre los presupuestos del país para 2019, evitando un procedimiento disciplinario contra Roma, dijo el vicepresidente del brazo ejecutivo de la Unión Europea, Valdis Dombrovskis
El acuerdo prevé reducir el gasto en 10,250 millones de euros, en parte aplazando la entrada en vigor de dos de las medidas estrella del ejecutivo italiano, una coalición entre la Liga – de extrema derecha- y el Movimiento 5 Estrellas -antisistema-: la reforma de las pensiones y la creación de una renta mínima para los más pobres.
“La solución sobre la mesa no es ideal. Todavía no ofrece una solución a largo plazo para los problemas económicos de Italia. Pero nos permite evitar un procedimiento de déficit excesivo en este momento”, dijo Dombrovskis en una conferencia de prensa en Bruselas.
El funcionario añadió que la decisión podría ser revisada en enero si Roma no aplica por completo el acuerdo alcanzado con Bruselas.
Bajo el acuerdo, Italia redujo su objetivo de déficit para el próximo año a 2.04% del PIB frente al 2.4% que estimaba anteriormente, con una previsión de crecimiento de 1% el año que viene en vez de 1.5%.
El primer ministro italiano Giuseppe Conte, aseguró que el acuerdo no supone en ningún caso un “retroceso” en las ambiciones de su gobierno.
“Hemos cumplido el mandato que nos confiaron los ciudadanos demostrando determinación (…) y hemos buscado con responsabilidad una solución buena para los italianos y satisfactoria para Europa”, dijo Conte en un discurso ante los senadores.
La reducción presupuestaria debería servir también para evitar el aumento de la enorme deuda pública italiana, de alrededor de 130% del Producto Interior Bruto (PIB).
Un presupuesto complicado
“El proceso no ha sido fácil. Al principio parecía que había pocas posibilidades de compensar la diferencia entre nuestras posiciones respectivas”, dijo el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.
El pulso entre Roma y las autoridades italianas empezó en octubre, cuando Italia presentó un presupuesto con una previsión de déficit del 2.4% del PIB, muy superior al 0.8% al que se había comprometido el gobierno anterior.
La Comisión rechazó esta cifra oficialmente el 23 de octubre y abrió la vía a posibles sanciones financieras.
La coalición de gobierno entre la Liga del vicepresidente Matteo Salvini y del vicepresidente Luigi di Maio fue inflexible al principio, pero terminó cediendo. Al mismo tiempo la Comisión mostró flexibilidad con Italia en la aplicación de las normas presupuestarias europeas.
La situación se complicó todavía cuando Francia anunció medidas presupuestarias para hacer frente a la crisis de los “chalecos amarillos”, que deberían llevar al país a rebasar el máximo de 3% de déficit 2019. Roma se quejó entonces de un trato diferente entre Francia e Italia.
“No podemos ignorar el contexto y nuestra respuesta es que preferimos el diálogo a la confrontación”, dijo el miércoles Moscovici, que se felicitó de haber “acercado” a Italia a las reglas europeas. “La negociación no tenía el objetivo de que el presupuesto italiano fuera totalmente conforme”, admitió.
Además de la reforma de las pensiones y de la renta mínima (que supondrán unos 4,600 millones menos de gasto), Italia deberá hacer otros recortes a sus previsiones de gastos, pero que quedarán compensados en parte con fondos europeos.
Bruselas también acordó a Italia cierta flexibilidad teniendo en cuenta circunstancias excepcionales, como los riesgos en las infraestructuras del país y las inundaciones recientes.
“Este año fue traumático para muchas personas en Italia, con el hundimiento del puente Morandi en Génova y las tormentas e inundaciones devastadoras que dejaron muchas víctimas”, dijo Moscovici.
Con información de AFP y Reuters