La toma de protesta de Andrés Manuel López Obrador como presidente de México tuvo momentos álgidos y de protestas.
Aunque fueron neutralizados por la bancada mayoritaria de Morena, los legisladores del PAN fueron los impulsores de los reclamos e hicieron presencia en el acto.
El conteo de los 43
Cuando el presidente de México comenzó a hablar sobre el tema de poner punto final a una posible persecución contra integrantes de administraciones pasadas, la bancada del Partido Acción Nacional reclamó y de forma sorpresiva comenzó a contar del uno al 43 para recordar el caso de los normalistas de Ayotzinapa.
Desde el micrófono, López Obrador guardó silencio. Los diputados de Morena agitaban pañuelos blancos desde sus curules.
El nuevo mandatario respondió que lo ocurrido en Iguala, Guerrero, se va a resolver y se castigará a los responsables y recordó que promueve una Comisión de la Verdad.
El gasolinazo
Cuando el discurso llegó al tema de los hidrocarburos, los representantes del Partido Acción Nacional comenzaron a sacar cartulinas con la frase: “Que baje la gasolina”.
De inmediato, López Obrador volteó al costado derecho, lugar donde se ubica la bancada del PAN, y les respondió:
Ahora resulta que los que aumentaron el precio de las gasolinas están pidiendo que baje
La frase desató el apoyo total de la bancada morenista que iniciaron con el grito al unísono de “presidente, presidente”.
Mención a Maduro
Aunque el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, no pudo asistir a la ceremonia en la sede de San Lázaro, durante la mención de todos los jefes de Estado que lo acompañaron, López Obrador le agradeció sus atenciones.
La mención provocó que los panistas gritaran “dictador, dictador”, y sacaran una manta donde se rechazaba la visita del venezolano a suelo mexicano.
No buscará reelección
Casi al final de su discurso, el presidente habló de la influencia que tiene en él el cardenismo y juarismo, pero también del maderismo, donde dijo que es partidario del “sufragio efectivo y no reelección”.
Fue uno de los momentos en que la mayoría de los asistentes le aplaudieron.
“Trabajaré 16 horas diarias para dejar en seis años muy avanzada la obra de transformación”, agregó.