El gobierno entrante de Andrés Manuel López Obrador quiere mantener vivos sus lazos con los mercados bursátiles, ya que planea recurrir a ellos para financiar algunos de sus proyectos insignia.
Sin embargo, primero deberá recuperar la confianza de los inversionistas tras la cancelación del proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco, que puso en la cuerda floja a los instrumentos bursátiles que se usaron para financiar la obra.
“Las inversiones que se realicen dependerán mucho de cómo se solucione el tema de la cancelación del aeropuerto en Texcoco”, dijo Adrián Garza, analista de infraestructura en la calificadora Moody’s.
El experto explicó que existe un riesgo reputacional que podría dificultarle al país acceder al mercado de capitales internacionales en el futuro.
Los proyectos
Abel Hibert, asesor económico del presidente electo, comentó recientemente que Pemex tiene muchos activos que pueden ser monetizables a través de una Fibra, lo que le daría recursos frescos a la empresa para hacer otros proyectos que sí necesita, como la modernización de sus seis refinerías y la construcción de una nueva, como planea AMLO.
Por otro lado, el próximo titular del Fondo Nacional del Fomento al Turismo (Fonatur), Rogelio Jiménez Pons, abrió la puerta para la creación de uno o más Fideicomisos Inmobiliarios (Fibras) para que administren y desarrollen proyectos turísticos en los terrenos que tiene el fondo.
Jiménez Pons explicó que el Fondo dejará el modelo de compra y venta de lotes que venía desarrollando y creará un esquema de fibras para poder desarrollar dichas reservas de territorio.
En cuanto al Tren Maya, el esquema de financiamiento que analiza el equipo entrante incluye el impuesto conocido como Derecho de No Residente (DNR) y una Fibra, con la cual se detonarán los complejos inmobiliarios alrededor de la ruta.
Planean lanzar Fibra para el Tren Maya en enero… pero aún no hay consulta
En tanto, el proyecto de Santa Lucía podría heredar los bonos que se emitieron para el proyecto original de Texcoco, de acuerdo con declaraciones recientes de Javier Jiménez Espriú, próximo titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Operación cicatriz, todavía a prueba
Recientemente, AMLO encomendó a sus colaboradores Alfonso Romo, Javier Jiménez Espriú y Carlos Urzúa, la tarea de hablar con los contratistas y empresarios que ya realizaron inversiones en el proyecto de Texcoco. Hasta ahora, los grupos empresariales que tienen contratos para el proyecto original se muestran dispuestos a cooperar con el futuro gobierno para llegar a un acuerdo de cancelación de sus contratos.
Pero ellos son solo una cara de la moneda. Del otro lado están los inversionistas de la cancha bursátil que podrían no estar tan confiados con respecto a participar en futuras emisiones de instrumentos bursátiles del gobierno federal.
No creo que pueda sacar los proyectos de inmediato, al menos tienen que pasar seis meses para que los mercados retomen la confianza, después de las decisiones que se tomaron la semana pasado por el aeropuerto en Texcoco. El mercado da segundas oportunidades, pero se guarda sus reservas
dijo Jorge Gordillo director de análisis y economía de CI Banco.
En marzo de este año, el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México colocó 30,000 millones de pesos a través de certificados de la Fibra E entre inversionistas internacionales y locales como las administradoras de fondos de ahorro para el retiro.
Esos recursos se usarían para financiar la obra, pero tras la cancelación del proyecto de Texcoco, la agencia calificadora Moody’s advirtió un aumento en el riesgo de impago, lo que podría generar incertidumbre frente a futuras emisiones del gobierno.