Citigroup anunció este lunes que John C. Dugan será el nuevo presidente de su Consejo de Administración a partir del 1 de enero de 2019, en sustitución de Michael O’Neill, mientras que el puesto de CEO seguirá siendo desempeñado por Mike Corbat.
O’Neill ya alcanzó la edad de retiro -72 años- y debía dejar su puesto en el Consejo en abril, pero Corbat pidió no ser considerado para sucederlo, por considerar que era mejor mantener sus actividades de management, según Reuters.
Como el presidente del Consejo, fue O’Neill quien en 2012 dirigió la decisión de contratar a Corbat como CEO, en sustitución de Vikram Pandit.
Más costoso
A diferencia de lo que sucede en Citigroup, los CEO de sus rivales JP Morgan Chase y Bank of America también son los presidentes del Consejo.
Pero las tareas duales son un punto de discusión entre los accionistas en general, pues algunos consideran que el líder del consejo debería ser independiente de los ejecutivos a los que debe supervisar, tal como lo dictan las reglas en la mayoría de las naciones europeas.
En 2017, 51% de las empresas del S&P 500 tenían separados los roles de CEO y presidente del Consejo, según el Spencer Stuart Board Index, el mayor nivel registrado.
Tener a una persona ocupando ambos puestos “es como tener a alguien calificándose su propia tarea”, señala la consultora Linda D. Henman en un reporte.
Además, según un estudio de GMI Ratings entre 180 compañías estadounidenses, las compañías gastan más en el salario de un CEO que además es presidente.
Según la mediana de los salarios en 2012, los CEO y presidentes ganaban 16.1 millones de dólares, frente a los 11 millones que las empresas gastaban por pagarle a dos personas para que ocuparan los mismos puestos.
Caso por caso
Apenas el mes pasado, Elon Musk fue obligado a dejar el puesto de presidente de Tesla, como parte del acuerdo con la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) tras acusaciones de fraude.
Poner el poder en manos de una sola persona puede ser detrimental para una compañía, pues sus acciones impactan tanto en la operación como directamente ante los accionistas, considera el profesor de Gobierno Corporativo de la Universidad de Arizona Matthew Semadeni, citado por el Washington Post.
Pero la decisión no es tan clara como algunos quieren hacerlo creer, subraya, pues no hay un estudio que concluya terminantemente si existe o no una relación entre el desempeño de la empresa y el tener roles separados.
Según un estudio realizado por Semadeni, separar los puestos es beneficioso cuando la compañía tiene un mal desempeño. Pero si la empresa estaba trabajando adecuadamente, separar los roles impacta negativamente.
Al final del día, la mejor opción es que “si no está roto, no lo arregles”, opinó Semadeni.