En el año 2000, cuando Reed Hastings, fundador de Netflix, voló a Dallas para ofrecerle al entonces CEO de Blockbuster, John Antioco, una alianza entre ambas compañías, ninguno se imaginó que hoy una de estas dos empresas tendría un valor de mercado de más de 154,000 millones de dólares, mientras que la otra ya no existiría.
Netflix ahora vale 58 veces más que los 2,630 millones de dólares que valía Blockbuster cuando debutó en el mercado en 1999. De aquella reunión, Hastings salió con un “no” por parte de Antioco. El directivo, dedicado a los fondos de inversión y a la administración restaurantera actualmente, jamás visualizó el impacto que tendría Netflix casi 20 años después.
El fantasma de Blockbuster persigue hoy a otros sectores, entre ellos el de la banca comercial.
Así como la empresa de streaming innovó el modelo de negocio de la franquicia de videoclubes -eliminó las cuotas de castigo por no devolver una película hasta convertirse en un servicio de películas bajo demanda por internet-, compañías como Alibaba, Amazon, PayPal o Mercado Libre han decidido entrar al negocio de las instituciones financieras tradicionales, las cuales batallan por seguir el ritmo de innovación de las primeras.
Por ejemplo, Amazon. Se alió este año con la startup, Capital Float, para ofrecer microcréditos a compradores en India. De acuerdo con el diario India Times, incluso prevé ingresar al negocio de los seguros.
Google anunció también en ese país su entrada al negocio de préstamos (lending) a través de Google Pay. En agosto, la firma hizo oficial una alianza con cuatro bancos de esa nación para ofertar dinero de manera casi inmediata.
PayPal por otro lado incursionó en el negocio de préstamos. La empresa ofrece crédito a comercios y compradores. Lo anterior ha hecho que la tecnológica se coloque como un socio atractivo para bancos tradicionales. En julio pasado, la institución financiera de créditos al consumidor de Estados Unidos, Synchrony Financial pagó 6,900 millones de dólares por la cartera de crédito de la compañía.
Alibaba es otro ejemplo del proceso que las empresas de tecnología están siguiendo para moverse hacia el sector financiero. Desde 2015 comenzó a dar créditos al consumidor en China a través de Alipay, hoy conocida como Ant Financial, la subsidiaria fintech de Alibaba y que en junio pasado cerró una ronda de inversión por 14,000 millones de dólares, según el sitio de Crunchbase.
Pasos en la azotea
No tenemos que ir muy lejos para ejemplificar la amenaza que ya representan estas empresas para la banca.
En México, el caso más vistoso hasta ahora es el de Mercado Libre, que a la fecha ha otorgado 300 millones de pesos a más de 5,000 comercios desde 2017, cuando comenzó a ofrecer financiamiento a negocios que operan en la plataforma.
Y apenas comienza a estirar la liga. A partir de 2019, la empresa otorgará crédito al consumidor.
El director de Créditos, Jonathan García, atribuye gran parte del éxito de la compañía a un algoritmo que es capaz de analizar más de 400 variables para saber si el comercio -y más adelante el consumidor- es buen candidato para obtener un préstamo.
Nosotros tenemos información de la reputación del vendedor, el tiempo que llevan en la plataforma, la transaccionalidad que tiene, los ingresos que registra, los productos que vende, la frecuencia con la que los comercializan, el stock y la oportunidad que tiene de seguir creciendo
Jonathan García, director de Créditos de Mercado Libre
“Entonces sabemos cuándo es el momento correcto y cuál es la cantidad que requieren sin ahorcarlos”, agregó.
Otra muestra de la efectividad del proceso de análisis es que la tasa de incumplimiento que tiene Mercado Libre es de apenas el 1%.
Saben lo que ni los bancos conocen
Una encuesta realizada por la firma de análisis, PwC, señala que los bancos no han hecho lo suficiente para ofrecer las características para atraer a nuevos clientes. Aprender cómo medir el sentimiento y si cumple o no con las necesidades y expectativas del cliente puede marcar la diferencia entre avanzar y quedarse atrás, detalla la consultora.
Lo que es un hecho es que las nuevas generaciones, entre ellos la Z (jóvenes de entre 18 y 21 años), hacen del internet su principal canal de contacto para establecer comunicación con las instituciones financieras, refiere otro análisis de la consultora Accenture.
Si hoy estos consumidores pasan gran parte utilizando PayPal, Facebook, Google, Apple o comprando en Mercado Libre, Amazon, y además estas plataformas les brindan mejores experiencias, ¿a quiénes van a preferir para que manejen su dinero?
“Yo soy de los que preferiría que Amazon gestione mi dinero en lugar de mi banco. Es un hecho que las nuevas generaciones preferirán a estas empresas antes que a una institución financiera. Amazon y las otras ya tienen ganada la confianza de ellos (generación Z)”, señala el director de Founder Institute, Eugenio Perea, una incubadora y aceleradora de empresas.
Ignacio Caride, quien se desempeñó como director de Mercado Libre en México por ocho años y quien ahora es el responsable de la estrategia de comercio electrónico para Walmart de México y Centroamérica, asegura que todas las empresas de tecnología tienen un negocio central a través del cual ganan poco dinero o no ganan.
Tienen otros negocios alrededor de su ecosistema de los cuales generan un ingreso principal.
“En realidad el objetivo principal de una compañía no es el negocio principal. En comercio electrónico, el crédito es muy importante, sobre todo por la oportunidad que existe en la base de la pirámide”, dice Caride.
Jonathan García señala que para Mercado Libre es una oportunidad de negocio redondo. Es decir, si bien la compañía obtendrá ingresos de los créditos otorgados, permitirá que los compradores del marketplace aumenten sus ventas y la vez lograr que los usuarios de la plataforma compren más.
Las ventas de la compañía provendrán de tres puntos, cada uno de ellos beneficiando al otro. “Si tienes 120 millones de mexicanos, el universo es inmenso para poder ofertar mejores financiamientos”, agregó.
¿El fin de los bancos?
Pues ya ha pasado. Antes de 2008, quién diría que Lehman Brothers desaparecería
Eugenio Perea, director de PerSe Capital y Founder Institute
El también inversionista señala que hoy las instituciones financieras están perdiendo de vista apuntar a productos para captar a las nuevas generaciones.
Por ejemplo, hoy las aseguradoras podrían ofrecerle a los jóvenes un seguro para su smartphone. “Pero no lo hacen. Quieren obtener grandes márgenes”, agrega Perea.
Pero lo que llama la atención es que el órgano regulador en México, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) ya considera como una amenaza a las empresas de tecnología.
En el marco del Finnosummit, evento realizado por la aceleradora Finnovista en septiembre, el presidente de la institución, Bernardo González, dijo que ante una “base de capital muy grande” los bancos no podrán competir con estas compañías. Refirió que ante lasituación será necesario regular a estas plataformas.
El asesor de estrategias de inversión, Carlos Contreras, indica que la regulación tiene al menos dos objetivos: proteger a los consumidores de este servicio y proteger los intereses de los bancos.
“Definitivamente las instituciones bancarias harán presión. Está demostrado que las leyes se hacen en beneficio de los grupos con más poder”, dijo el analista financiero.
Jonathan García, quien antes de unirse al área de Créditos de Mercado Libre se desempeñó en entidades tradicionales, considera que los bancos no desaparecerán pero sí deberán adaptarse a los cambios que las empresas de tecnología marquen en la industria.
Uno de los mayores beneficiados en cualquier caso será el usuario. La competencia entre tecnologías y bancos traerá como resultado mejores servicios y a mejores costos.
Será cuestión de tiempo para descubrir quién será el Blockbuster de la industria financiera.