Los robots autónomos son empleados actualmente en una gran variedad de actividades: exploran la profundidad de los océanos, del espacio exterior, manejan en nuestras calles y manufacturan bienes.

La siguiente meta de las empresas que los fabrican es hacerlos parte del día a día dentro de los hogares, señala Cynthia Breazeal, directora del grupo de robots personales del MIT Media Lab.

“Piensa más allá de la clase de robots que harían tu jugo de vegetales o lavarían tu ropa (aunque probablemente también podrían hacer eso). Estamos hablando de robots sociales -aquellos construidos para interactuar con nosotros como ayudantes y compañeros, para convertirse en nuevos miembros del hogar”, detalla la especialista en un artículo para Quartz.

Entre las funciones que estos robots sociales podrían cubrir están el atender a adultos mayores, permitiéndoles mantenerse comunicados con sus seres queridos sin importar la distancia y sentirse acompañados, además de recordarles citas con doctores o cuando tomar sus medicamentos.

Los robots no deben ser entendidos como el reemplazo de los humanos, sino como entidades que enriquecen y elevan a la especie humana

Cynthia Breazeal

Otro servicio sería el que puedan dar a los niños. “Los robots sociales pueden ser compañeros de prácticas que ayuden con las tareas y a reforzar lo aprendido en la escuela”, detalla.

Los robots del futuro podrán incluso cocinar platillos profesionales, ser entrenadores deportivos, consejeros nutricionales y de salud y, a largo plazo, crear una población más consciente acerca de su bienestar, afirma.

Respeto a la privacidad

Si bien los beneficios son fácilmente identificables, también es importante reconocer las preocupaciones sobre la privacidad de los miembros del hogar cuando comparten su espacio diariamente con robots.

“La carga caerá en las compañías que crean los robots sociales para asegurarse de que estos aspectos sean considerados en cada etapa de su desarrollo. De esta forma, los usuarios se pueden sentir seguros sobre su decisión de incluir a estos robots en sus casas y en sus vidas”, subraya la especialista del MIT.

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