Los inversionistas están evaluando la importancia que tendrán las acciones de tecnología de Estados Unidos en 2021, ya que valoraciones más caras, riesgos normativos y una reactivación de las empresas más desvalorizadas del mercado amenazan con reducir su atractivo.
La pandemia de COVID-19 aceleró la transición digital. Reuniones de Zoom, búsquedas en Google, compras en Amazon, intercambios en Whatsapp y noches viendo Netflix son claro ejemplo de ello.
El alza de las acciones relacionadas con la tecnología e Internet ayudó a llevar los índices de Estados Unidos a récords este año.
El avance de Apple, Amazon y Microsoft representó más de la mitad del 16.6% de la rentabilidad total del S&P 500 hasta el 16 de diciembre, según Howard Silverblatt, analista principal de índices del S&P Dow Jones.
Mientras que los estados gastan millones para evitar quiebras en serie y desempleo en masa, los precios de las acciones de las principales empresas del sector no paran de subir desde enero.
Durante 2020, Facebook acumula un rendimiento del 35% hasta el cierre del 24 de diciembre; Amazon, 67%, y Apple, 68. ¿Y qué decir de Zoom, creado en 2011 por un ingeniero californiano, cuya acción aumentó 600% en 2020?
¿O de Airbnb que ha duplicado su valor desde el día de su salida a bolsa?
Sin embargo, la tecnología pasó a un segundo plano en las últimas semanas, ya que las esperanzas de una recuperación económica impulsada por las vacunas dieron un empuje a los títulos de energía, finanzas, compañías de pequeñas capitalizaciones y otras áreas menos apreciadas del mercado.
El índice de valor de Russell 1000 subió 10% desde que se anunciaron los resultados iniciales sobre la eficacia de la vacuna a principios de noviembre, en comparación con una ganancia del 4% del índice de crecimiento de Russell, que está muy poblado de acciones de tecnología.
Las valoraciones cercanas a máximos de 16 años están suscitando preocupación por la vulnerabilidad del sector, especialmente si la reapertura de la economía estadounidense crea una demanda sostenida por acciones infravaloradas.
Creo que la gente va a seguir con su exposición a la tecnología, pero no creo que se vaya a invertir mucho dinero fresco en tecnología en el próximo año
dijo Lindsey Bell, estratega jefe de inversiones de Ally Invest
Aún así, muchos inversionistas están contentos con mantener sus participaciones en empresas que han demostrado ser resistentes en medio del lento crecimiento económico, los conflictos comerciales y la pandemia.
“Hay muy pocos sectores en los que se puede obtener un crecimiento tan predecible como el de la tecnología”, dijo Mark Stoeckle, director ejecutivo de los Fondos Adams, cuyas principales participaciones en un fondo de capital diversificado son Microsoft, Apple y Amazon.
Los activos en Invesco QQQ Trust, que sigue el índice Nasdaq 100, este mes alcanzaron su mayor cantidad, según los datos de Lipper.
Michael Arone, estratega jefe de inversiones de State Street Global Advisors, espera que la economía regrese a tasas de crecimiento más lentas después de recuperarse en 2021.
Eso sugiere que uno quiere tener empresas con altas tasas de crecimiento orgánico y que pueden aumentar el flujo de caja mejor que otras
dijo Arone
Incluso algunos estrategas que recomiendan otras acciones no se apartan de la tecnología. BMO Capital Markets redujo la tecnología a “ponderación igual al mercado” en 2021, pero instó a mantener las posiciones en lugar de vender.
Puntos de tensión
Los esfuerzos de los reguladores de Estados Unidos y Europa para reducir el dominio del mercado de compañías como Alphabet -matriz de Google- y Facebook son otro punto de tensión para el sector.
El poder del Big Tech ha recibido fuertes críticas de la sociedad civil, pero el descontento no les ha hecho cambiar sus modelos de rentabilidad.
En Estados Unidos, Facebook sufrió en julio el boicot de un centenar de marcas con el trasfondo de la movilización “Black Lives Matter”, aunque sin daños económicos de importancia.
En California, las plataformas Uber y Lyft, que rechazan contratar a sus miles de conductores como lo exige la legislación del estado, lograron un importante triunfo que validó su modelo económico, en un referéndum celebrado el 3 de noviembre.
Amazon es objeto del descontento en Francia, acusada de destruir el pequeño comercio, explotar a los empleados y favorecer el consumo excesivo en detrimento del medioambiente.
“Hasta 2017 se pensaba que las ventajas que aportaban, en particular en términos de innovación, eran superiores a los daños que ocasionaban”, pero el viento sopla ahora en otra dirección, explica Joëlle Toledano, autora de “GAFA: ¡Recuperemos el poder!”. GAFA es el acrónimo de Google, Apple, Facebook y Amazon.
Google controla de hecho el acceso al mundo digital, pues su motor de búsqueda tiene 93% del mercado. Estos cuasimonopolios encierran a los usuarios en “ecosistemas bloqueados”, según la economista.
Tras los fracasos pasados -procesos largos y tardíos, multas poco disuasivas-, Bruselas ha generado una artillería de nuevas reglas que van desde la competencia hasta el odio en línea pasando por la transparencia de los algoritmos.
Las procedimientos se multiplican también en Estados Unidos contra Google y Facebook por abuso de posición dominante. Obligados a rendir cuentas, los CEO del sector han tenido que comparecer en varias ocasiones en el año ante el Congreso.
Con información de Reuters y AFP