Bajo la bandera de la libertad y contra la censura de las redes sociales, el presidente Andrés Manuel López Obrador sugirió la creación de una red social del Estado mexicano.

La idea, surgida a raíz de las restricciones de redes sociales como Facebook y Twitter los primeros días de enero al entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, son el punto de partida del primer mandatario mexicano para idear una red social made in México.

Recientemente, López Obrador alegó en una de sus conferencias matutinas que, si bien el surgimiento de las redes sociales “fue como una bendición” con libertad, en su opinión, ahora lo que predomina es la censura.

Esto, debido la restricción de los gigantes de las redes sociales a las respectivas cuentas de Trump tras el asalto de simpatizantes republicanos al Capitolio con el objetivo de frenar la sesión del Congreso para corroborar la victoria de Joe Biden como presidente de Estados Unidos.

La iniciativa, que en principio tendría el apoyo de Conacyt y de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, también ya tiene aliados que se han sumado por cuenta propia, aunque aún no se tienen detalles del proceso de la creación de la red social.

La contradicción

La postura de AMLO contra Facebook y Twitter, al acusarlas de censura, es una contradicción al uso que le ha dado a estas mismas redes durante su mandato, señaló Alex Argüelles, tecnóloga integrante de Ciberseguras.

Cuando el presidente ‘se rasga las vestiduras’ por lo que le ha sucedido a Trump, resalta que es sobre el mismo foro que ha utilizado durante todo este tiempo para desestimar denuncias o censurar

En opinión de la especialista, esta crítica a la censura por parte de AMLO no es consistente con su apertura a las propuestas gestadas en el legislativo en materia de conectividad, telecomunicaciones y tecnología.

Lo anterior, a decir de Argüelles, refleja además la falta de compromiso del actual gobierno con derechos humanos y cómo distintas tecnologías que se han buscado implementar en el país atentan contra ellos, más allá de las redes sociales como la identidad digital, biometría o la vigilancia en el espacio público.

Acceso a la información

Para Argüelles, las redes sociales se han convertido en canales a través de las cuales las personas acceden a información que por otra vía no sería tan fácil acceder.

Si su propuesta es una red en la que él define cuáles son los términos de libertad de expresión y no son censura, no va a crear una red acorde a los principios de acceso a la información de una manera libre

Por esa razón, asegura, cuando el presidente habla de crear una red social, gesta la idea de consolidar un medio en el que -según él- no va a haber censura. Sin embargo, la realidad es que no habrá censura siempre y cuando sea bajo los términos que él establezca.

Derechos y libertades en internet

En la postura de AMLO sobre las redes sociales existe un falso discurso sobre la manera en la que las personas ejercen sus derechos y libertades, aseguró Martha Tudón, coordinadora de Derechos Digitales de Artículo 19 de la oficina para México y Centroamérica.

En principio, porque no está considerando a las millones de personas que aún no tienen acceso a internet en México, además de la falta de ruta de CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos.

La promesa de que todas las personas van a gozar de libertad de expresión es siempre la regla general, y cualquier restricción es una excepción.

Sin embargo, hay discursos bajo libre expresión que no están protegidos por el derecho internacional, como el abuso infantil o la apología de guerra como una incitación a la violencia, contenido que las plataformas ya tienen filtrado.

‘No es papel del Estado’

La nula experiencia del gobierno mexicano en plataformas digitales, manejo de datos, gobernanza y control de usuarios es la base para asegurar que no es papel del Estado ni crear ni administrar redes sociales, aseguró Emilio Saldaña ‘Pizu’, analista de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).

Para el especialista, los riesgos en materia de datos personales, monitoreo no autorizado e incluso en la posibilidad de que en esa red social se celebren ‘consultas a mano alzada’ son muy altos.

Y, además, se suman al costo de operación de una plataforma como una red social, que es mucho más elevado que los costos de desarrollo de infraestructura.

La discusión no está en si la red social será tecnológicamente factible o no; sino en si ésta será viable, operable, controlable y gobernable desde el Estado. No veo cómo México, en las condiciones políticas actuales, podría siquiera imaginar una

En su opinión, el gobierno mexicano no cuenta con una verdadera y probada política de manejo responsable de datos.

De hecho, puntualizó, que no existe un solo caso en el mundo de una red social del gobierno que brinde la experiencia de usuario y compromiso e integridad en el manejo de sus datos.

Para Pizu, ‘esa tentación maldita de legislar y meter mano en lo digital tiene que moderarse’, además de considerar que, sin un verdadero análisis entre expertos, el plan de una red social será un proyecto político ‘muy procupante’.