El regulador antimonopolio de Alemania impuso restricciones a las prácticas de recolección de datos de Facebook después de que, en su opinión, la red social más grande del mundo abusó de su dominio en el mercado para recopilar información sobre los usuarios sin su conocimiento o consentimiento.

Esta acción afectaría el importante y redituable negocio de la publicidad para Facebook, cuya oferta central para los anunciantes es la capacidad de dirigir sus mensajes al público más adecuado con sus necesidades, basándose en la información recopilada a lo largo de toda su actividad en internet, como explicó Mark Zuckerberg en una editorial para The Wall Street Journal. 

“En el futuro, ya no se permitirá a Facebook obligar a sus usuarios a aceptar la recopilación y asignación, prácticamente sin restricciones, de datos que no son de Facebook a sus cuentas”, aseguró el jefe de la Oficina Federal de Cárteles (Bundeskartellamt), Andreas Mundt.

El organismo atacó en particular la forma mediante la cual Facebook adquiere datos sobre personas de aplicaciones de terceros, incluidos sus servicios de WhatsApp e Instagram, y su rastreo o tracking en internet de personas que ni siquiera son miembros de la red social.

El organismo apunta en concreto al seguimiento de personas que entran a sitios de internet con el botón de me gusta o compartir incrustado de Facebook y a páginas en las que observa a los usuarios aunque no haya una señal evidente de que la red social esté presente.

Facebook apelará decisión

La empresa afirmó que apelará el histórico fallo de la autoridad alemana, que culmina una investigación de tres años, argumentando que el regulador subestimó la dura competencia a la que se enfrenta y que socava las normas de privacidad que entraron en vigor en toda Europa el año pasado.

“No estamos de acuerdo con sus conclusiones y tenemos la intención de apelar para que la gente en Alemania siga beneficiándose plenamente de todos nuestros servicios”, reviró Facebook en un blog.

La red social, que este lunes cumplió 15 años, sale de un 2018 marcado por una serie casi ininterrumpida de polémicas, acusada de haber servido de plataforma para la manipulación política o de no haber protegido correctamente los datos personales de sus usuarios.

Facebook intenta hacer olvidar el escándalo de Cambridge Analytica que permitió el uso de datos de sus usuarios, sin su conocimiento, con fines políticos durante la campaña presidencial de Estados Unidos que culminó con la elección de Donald Trump.