Las compras y los servicios por internet ofrecen una experiencia de vanguardia, no importa el ramo en el que se desarrollen, ya sea retail, transporte o entretenimiento. La rapidez y la facilidad con la que se puede satisfacer nuestro apetito de comprar por internet son un plus insuperable, ¿pero qué pasa cuando esto deja de ser un lujo y se convierte en una necesidad?

De acuerdo con el reporte sobre el impacto del Covid-19 en venta online realizado por la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), durante el segundo trimestre del 2020 se incrementó el uso de aplicaciones de compras en México en un 90%, lo que significa que al menos cinco de cada 10 empresas en el país figuran en el ecosistema digital, de las cuales, varias incrementaron sus ventas hasta 300%.

Si bien siempre es aventurado pensar hacia el futuro, este crecimiento digital significaría que para 2021, las ventas en línea representarán el 30% de las ventas totales de diversas empresas. Tal vez aún más, si pensamos en eventos como el Hot Sale y El Buen Fin, que se enfocan en otorgar facilidades de compras y pagos vía electrónica.

Aunque todas estas cifras muestren un panorama favorable para el comercio electrónico, la pregunta es: ¿podrán las empresas mantener un ritmo tan acelerado de oferta y demanda tanto por parte de sus clientes finales como en el ámbito de negocios?

Tomando en cuenta los comentarios y quejas de los usuarios en redes sociales, se puede responder a la pregunta con un rotundo “no”. ¿Qué está sucediendo entonces? Parece que el eslabón más frágil de la cadena se centra en la logística, sobre todo a la hora de la distribución y la última milla, que es cuando el usuario debería recibir su producto en la fecha estimada. Sin embargo, la mayoría de las quejas proyectan que precisamente este es el eslabón donde existen más fallas.

Y en este tema es cuando toman participación empresas de transporte privado como MOBBIT, que tiene un modelo operativo para empresas ofreciendo traslados en diferentes puntos de la cadena de suministro, aliviando la carga de trabajo y optimizado el nivel de servicio de cara a sus clientes, obteniendo como resultado una mejora en la cadena de logística, tanto para grandes empresas como para negocios más pequeños que requieren ayuda de profesionales en el área, más aún si pensamos en la transición digital a la que nos ha orillado esta crisis sanitaria.

Dicho lo anterior, ¿nos encontramos en uno de los mejores momentos del e-commerce?, ¿el futuro es hoy?

Por: Redacción Mobbit