Los drones están invadiendo el espacio aéreo en México, y aunque cada año se venden cientos de miles de estos dispositivos, su regulación aún parece cosa de juego.

“México está en pañales en materia de control de dispositivos aéreos no tripulados, a pesar de que es uno de los países del mundo que más los compra y utiliza”, advierte Pablo Casas Lías, especialista en derecho aeronáutico.

De hecho, México es considerado el quinto consumidor más grande del mundo en este sector.

El mercado de los drones arroja ingresos anuales de 127,000 millones de dólares (mdd), y de ellos, el 5% corresponde al mercado mexicano, de acuerdo con un análisis de la consultora PwC.

La firma Jupiter Research espera que para el próximo año se vendan 16 millones de unidades, lo que implicaría alrededor de 800,000 nuevos drones en el espacio aéreo de México.

Sin embargo, en el país aún no existe una regulación estricta sobre estos aparatos que permita tener registro de su operación. Aunque los accidentes y ataques que los involucran son cada vez más frecuentes.

El 13 de enero de 2020 entra en vigor la Norma Oficial Mexicana (NOM) 107 que establece los requerimientos para operar una “aeronave pilotada a distancia”.

Para Casas Lías, esta norma resulta insuficiente, toda vez que no incluye un mecanismo obligatorio de registro de uso, distribución e importación de los dispositivos ante la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

Sin registro, no hay norma que valga

La carrera hacia la regulación de los drones inició hace varios años.

Estados Unidos va a la cabeza en dicha materia. En el principal consumidor del mundo existe un registro nacional para todos los drones que se utilizan.

Ese padrón se creó tras registrarse más de 700 accidentes potenciales entre drones y aviones pilotados y un incremento en los daños ocasionados por usuarios aficionados, según la Autoridad Federal de Aviación.

En México existe desde hace varios años una ley acerca del uso de drones. Y desde 2018 incluye multas de hasta 400,000 pesos por utilizarlos sin licencia oficial.

Pero la NOM 107 no incluye un registro de todos los drones que sobrevuelan el espacio aéreo mexicano. Ello “vuelve prácticamente imposible” la aplicación del reglamento, explica Casas Lías.

Además de que el manejo inadecuado de los drones supone varias preocupaciones para los aviones tripulados, también está el riesgo del mal uso de los mismos, dice el especialista.

En julio del año pasado un dron con dos granadas de fragmentación cayó en la casa del entonces secretario de Seguridad Pública de Baja California, Gerardo Sosa Olachea.

Otro caso se reportó a mediados de este año, cuando un grupo de vecinos de Coyoacán reportaron que “rateros sobrevuelan drones sobre nuestras propiedades”, según El Universal.

“¿En esos casos a quién se le aplica el reglamento?”, se pregunta Casas Lías.

Drones corporativos

Otra carrera que está perdiendo México por la falta de un marco normativo adecuado es la de los drones como herramientas tecnológicas para el desarrollo industrial, pues ya evolucionaron más allá de su origen militar para convertirse en poderosos instrumentos comerciales.

Algunas utilidades de estos aparatos incluyen mapeo digital, recopilación de datos para mapas tridimensionales, detección de objetos y seres vivos, y análisis por medio de sensores avanzados.

Algunos de los sectores más beneficiados por la proliferación de drones son la construcción, la agroindustria, los seguros, la extracción petrolera, el sector inmobiliario, la minería y la cinematografía, de acuerdo con la Secretaría de Economía.

Goldman Sachs pronostica que para 2020 el uso de drones en la construcción, por ejemplo, puede generar una derrama para los fabricantes de hasta 11,164 millones de dólares o en la agricultura de 5,922 millones de dólares.

Los sectores que sobresalen en México son las inspecciones industriales y prediales, búsqueda y rescate, televisión, cine y la minería, dijo a Notimex Manuel Martínez, director en Latinoamérica de DJI, firma que posee el 70% del mercado mundial de drones.

No obstante, el mercado mexicano corporativo para los drones está apenas dando sus primeros pasos.