Para decidir y ejecutar mejor, no hay que acelerar sino desacelerar.
Entre vistas al mar y la vegetación, así inició por primera vez en México, y después de cinco ediciones en la isla de Menorca, España, el programa mundial de desaceleración en el que 15 startups tecno-sostenibles se enfrentaron al reto de desconectarse de sus actividades diarias para analizar, validar y reiniciar su modelo de negocio junto a líderes empresariales e inversionistas del 18 al 28 de octubre.
Para este movimiento llamado Decelera, el escenario para hablar sobre nuevos modelos de negocio sustentables ahora va más allá de un centro de convenciones, sesiones de networking o una simple sala de juntas.
El encuentro ocurrió en la Riviera Maya, en el resort Andaz Mayakoba.
México fue seleccionado como primera sede de Latinoamérica para dar un giro al porcentaje de startups que llegaban al programa. En ediciones anteriores, el 70% de las startups eran europeas.
Llegó un momento en el que dijimos: ‘vámonos a fuera’. Buscamos ubicaciones y aquí ocurrió que encontramos que tenemos un encaje culturalmente muy fuerte, de Latinoamérica, con México
Marcos Martin, CEO y cofundador de Decelera
Martin agrega que al menos él se siente muy conectado al país porque aquí vivió.
Martin encontró un socio en RLH Properties y Hyatt, además de considerar que el aeropuerto de Cancún tiene un tráfico similar e incluso mayor al de la Ciudad de México.
El cambio de sede de España a México influyó en las startups que lograron llegar al programa de la primera edición de Mayakoba: el 50% llegaron de Latinoamérica, 45% de Norteamérica y el resto de Europa.
“Vemos mucho talento de Latinoamérica que es bueno conectarlo con los inversionistas norteamericanos. Nuestra misión es ayudar a los futuros unicornios de tecnología y ayudarlos a despegar”, comentó Martin en entrevista con EL CEO.
Éxito del programa, medido por rondas de inversión
Decelera se ubica en el segmento de aceleradoras e incubadoras, dice Martin, en el que su indicador de éxito clave radica en el monto de capital que terminan por levantar después de recibir la ayuda.
En el programa de Decelera, una de cada dos startups levanta capital y en total han levantado 100 millones de dólares, asegura.
Otros indicadores del programa tienen que ver con el grado de motivación de cuando llegan y salen, y que van midiendo durante el programa. A medida que toman decisiones, detectan si esto les alivia o genera bienestar en la parte más humana.
Al final una de las hipótesis que tenemos es que alguien que va a construir algo bueno, se tiene que sentir bien él o ella. Esta es la correlación que intentamos medir
Marcos Martin
En cuanto a los ingresos del programa, estos se logran al realizar alianzas, además de que las startups pagan un monto de 1,500 dólares más el 3% de equity o 7,500 dólares más el 7% de una cuota de éxito (success fee).
“Tenemos derechos de inversión que acompañan; siempre son coinversiones porque no lideramos y algunas compañías nos pagan equity. Con esto es donde ejecutamos la inversión o mantenemos el equity para que tenga más salida”, explicó Martin.
El centro es el ser humano
Martin considera que la gran mayoría de los formatos que existen de aceleradoras o incubadoras son lo que el llama capital centric. Por lo que, al construir el programa de Decelera, pensaron en cuál podría ser el principal activo de una startup que está comenzando.
Así decidieron optar por sistema centrado en el ser humano.
Es la mayor diferenciación. Construimos una experiencia 24/7 porque creemos que no hay que romper esa cadena. Hay que estar las 24 horas disponible para darle una vuelta a tu compañía
Marcos Martin
Explica que abren mucho espacio en el cerebro para poder reflexionar bien con técnicas de mindfulness.
“Construimos un ecosistema alrededor para que ellos puedan tomar las mejores decisiones que implementarán los próximos dos años”, dice.
Ilana Ospina, instructora de mindfulness y participante de Decelera Mayakoba, comentó que durante el programa han realizado meditaciones por la mañana y tarde, porque considera que el bienestar de los fundadores y CEO de las startups influye en si son seleccionados por los inversionistas.
“Si yo voy a invertir en ti, yo lo primero que voy a ver es cómo estás tú y qué tan sano te ves. Eso es decirles que no hay de otra. Es un reto importante cómo equilibramos y cómo entendemos que es lo que mejor nos va a cada uno”, agrega Ospina.