Durante la presentación del Plan Estratégico, Víctor Rodríguez Padilla, director general de Pemex, propuso la ampliación de la red de gasoductos en Oaxaca y Tabasco. Subrayó la relevancia de que estos proyectos se ubiquen en los llamados polos del bienestar —como el Interoceánico, Conexión Maya y Coatzacoalcos II—.
Como parte del plan de rescate, se anunció un respaldo gubernamental por 250,000 millones de pesos, así como una intervención directa de la Secretaría de Hacienda, que a partir de ahora asumirá de forma explícita los compromisos financieros de Pemex durante al menos dos años.
Aunque el monto aún no ha sido revelado, los recursos se concentrarían en un fideicomiso destinado al canje por facturas, y Pemex tendría varios años para saldar su deuda con Nacional Financiera (Nafin), Bancomext, Banobras e instituciones financieras privadas.
Solo el área de Exploración y Extracción, la columna vertebral de la empresa, ha gastado 136,000 millones de pesos de sus 180,500 millones asignados, es decir, el 75.3%.
Estas notas están respaldadas por una entidad —en el caso de Pemex— llamada Eagle Funding LuxCo (EFL I), un fideicomiso que actúa como vehículo para la colocación de deuda en los mercados financieros.
Al cierre de junio de 2025, la empresa reportó una deuda total de 1.9 billones de pesos (98,800 millones de dólares), de los cuales 529,000 millones de pesos son pasivos de corto plazo.