El mítico "Coloso de Santa Úrsula" albergará el juego inicial del torneo mundialista y se convertirá en el primer estadio en hacerlo tres veces en la historia de los mundiales.
El organismo que preside Gianni Infantino le pagará a Ollamani 12 millones de dólares por el uso del estadio en cinco partidos y le vendió 15,000 asientos de palcos y plateas a 4,000 dólares cada uno, por un total de 60 millones.