El Diario Oficial de la Federación (DOF) ha hecho oficial la entrada en vigor de la denominada Ley Silla para el 17 de junio de 2025, una reforma laboral con la que el descanso de los trabajadores será una prioridad.
Con la publicación del decreto en el DOF, la ley estará vigente en 180 días naturales, y la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) contará con 30 días hábiles para emitir la normatividad correspondiente. Asimismo, las empresas tendrán 180 días naturales más para ajustar sus reglamentos internos.
El decreto, avalado por el Senado a principios de mes, obliga a las empresas a brindar sillas con respaldo a sus trabajadores, con el fin de evitar a los trabajadores riesgos a la salud por trabajar de pie. A su vez, también estará prohibido obligar a las personas a estar paradas durante toda su jornada laboral.
Con ello, las compañías tendrán que establecer un área específica en sus centros de trabajo para las sillas, con regulaciones en su reglamento que establezcan períodos de descanso y uso de los asientos.
¿Dónde aplica la Ley Silla?
Estos son los casos donde aplicará la Ley Silla, a partir de que entre en vigor:
- Centros de trabajo de sector de servicios, comercio y análogos
- Empresas de corte industrial, en las cuales las disposiciones serán exigibles siempre y cuando la naturaleza del trabajo lo permita.
Aunque la Ley Federal del Trabajo (LFT) ya obligaba a las empresas a tener el número de asientos suficientes para sus trabajadores, la norma no estaba relacionada con el descanso de las personas.
Desde principios del siglo XX, España, Argentina y Chile ya contaban con marcos legales en materia de descanso laboral, una temática que parece nueva en México.
Según una encuesta de OCC, el 45% de las personas que trabajan de pie no cuentan con apoyo de sus empleadores para reducir riesgos y, a consecuencia de ello, la mitad ha reportado molestias físicas, como cansancio en las piernas y dolores de espalda.
Es bien sabido que pasar demasiado tiempo de pie está asociado con diversos problemas de salud y, según investigaciones, las personas que trabajan bajo dicha condición son más propensas a experimentar un derrame cerebral o infarto cardiaco.
Con información de El Economista
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