Estados Unidos impuso nuevas restricciones a las empresas chinas y dio al gobierno federal más poder para frenar la importación de tecnología del país.

Esto, mientras la administración de Donald Trump se apresura a aumentar la presión sobre Beijing en sus últimos días en el cargo, reveló Financial Times.

La decisión casi de último minuto incluyó la adición a la ‘lista negra’ del gobierno estadounidenses a empresas como China National Offshore Oil Corporation (CNOOC), controlada por el Estado, y el fabricante de teléfonos móviles Xiaomi.

Esto significa que las firmas estadounidenses no podrán exportar productos o tecnología a la empresa en ausencia de una licencia difícil de obtener.

Asimismo, otorgó poderes al Departamento de Comercio de Estados Unidos para bloquear las importaciones de países considerados una amenaza para la seguridad.

Y solo unas horas después, el Pentágono colocó a Xiaomi, que en noviembre superó a Apple para convertirse en el tercer mayor fabricante de teléfonos inteligentes del mundo por unidades vendidas, y a otras ocho compañías en una lista de empresas con supuestas conexiones con el ejército chino.

Freno a inversión

Tras una orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump en noviembre, los estadounidenses tienen prohibido invertir en empresas de esa ‘lista negra’.

La medida significa que los inversionistas estadounidenses no podrán comprar valores de Xiaomi y, finalmente, tendrán que deshacerse de los que ya poseen.

El enfoque en China en los días previos a la asunción al poder de Joe Biden el próximo 20 de enero llega al final de una administración que ha hecho de la lucha contra el ascenso de Beijing una pieza central de su política económica y exterior.

“CNOOC actuó como ‘un matón’ del ejército chino para ayudar a intimidar a los vecinos de China en el Mar de China Meridional”, dijo Wilbur Ross, secretario de Comercio de Estados Unidos.

Este departamento acusó a la firma de ‘acosar y amenazar repetidamente la exploración y extracción de petróleo y gas en alta mar’ en el Mar de China Meridional para aumentar el riesgo político, incluso para Vietnam, que tiene una disputa de larga data con China por los recursos petroleros.

Las acciones imprudentes y beligerantes de China en el Mar de China Meridional y su agresivo impulso para adquirir tecnología y propiedad intelectual sensibles, para sus esfuerzos de militarización, son una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos y la seguridad de la comunidad internacional

Wilbur Ross, secretario de Comercio de Estados Unidos

Xi Jinping, presidente chino, prometió en 2015 a Barack Obama, entonces presidente de Estados Unidos, que China no militarizaría las áreas en disputa en el Mar del Sur de China a pesar de sus esfuerzos por reclamar tierras para la construcción.

Crece la lista

En los últimos dos años, Estados Unidos ha incluido a otras empresas chinas en la lista de entidades, incluido Huawei, el proveedor de equipos de telecomunicaciones, y Semiconductor Manufacturing International Corporation, el fabricante de chips.

Asimismo, recientemente colocó a DJI, el mayor fabricante mundial de drones comerciales, en la lista negra.

CNOOC es la tercera compañía petrolera más grande de China y está controlada por el gobierno central, lo que agrega más simbolismo que las acciones contra los grupos privados.

Sin embargo, no es la primera empresa estatal en ser blanco de la administración Trump, que incluyó a las tres empresas de telecomunicaciones más grandes de China en su prohibición relacionada con el ejército.

Las acciones de Xiaomi que cotizan en Estados Unidos cayeron hasta 14% ante la noticia de que se había agregado a la lista del Pentágono de compañías con supuestos vínculos con el ejército chino.

Las otras compañías agregadas incluyeron la Corporación de Aeronaves Comerciales de China y la Compañía Nacional de Aviación de China.

Los departamentos de Defensa y Estado de Estados Unidos habían presionado para incluir también a tres de las empresas de tecnología más grandes de China, Alibaba, Tencent y Baidu.

Pero Steven Mnuchin, el secretario del Tesoro, se impuso en una batalla interna, argumentando que dañaría a los inversores estadounidenses.