Sucesión en el CCE: ¿cuál es el perfil ideal ante la revisión del T-MEC?
La elección del próximo presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) llega en un momento decisivo. México enfrenta un escenario económico marcado por la “revisión” (Washington dice “renegociación”) del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), tensiones comerciales y cambios fiscales internos que redefinen la relación entre el gobierno y la iniciativa privada.
En este contexto, quien encabece al organismo empresarial no puede limitarse a la representatividad del sector privado: de acuerdo con analistas consultados por EL CEO, el nuevo líder empresarial deberá combinar capacidad de negociación política, visión económica y liderazgo conciliador para tender puentes con la administración de Claudia Sheinbaum Pardo.
“El país requiere nuevas propuestas”, señala Carlos Salazar Lomelín, expresidente del CCE, quien además considera que el próximo dirigente deberá poseer dos cualidades.
Tiene que ser alguien que al mismo tiempo que proponga, haga consensos de las decisiones que se tengan que tomar
menciona el empresario.
En la misma línea, Héctor Magaña Rodríguez, profesor del Tecnológico de Monterrey, subraya que el reto del sucesor de Francisco Cervantes será mantener el equilibrio entre las demandas del sector privado y las reformas impulsadas por el gobierno, especialmente en materia fiscal y laboral.
Francisco Cervantes y su relación con la 4T
Francisco Cervantes, actual presidente del CCE, logró mantener una relación cordial con los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum —pese a algunos desencuentros, principalmente por las reformas de los gobiernos de la Cuarta Transformación para aumentar gradualmente el salario mínimo.
La cercanía de Cervantes con Altagracia Gómez Sierra, coordinadora del Consejo Asesor de Desarrollo Económico Regional y Relocalización (CADERR), permitió un diálogo fluido entre la iniciativa privada y el Ejecutivo.
Desde su llegada al cargo en marzo de 2022, ha sido un puente entre ambos mundos: acompañó proyectos estratégicos con el gobierno de López Obrador y ahora colabora en la consolidación del Plan México, el eje económico de la actual administración para sustituir importaciones provenientes de Asia.
El estilo conciliador de Cervantes ayudó a reducir la tensión con el poder político, pero el nuevo entorno —con la revisión y muy probable renegociación del T-MEC y la presión externa de Estados Unidos— exige un liderazgo con mayor capacidad técnica y visión global.
En este contexto, la organización empresarial ha decidido cambiar de dirigente y los candidatos que suenan, cuentan cuentan con perfiles en alto contraste.
Sofía Belmar, la primera mujer
Expresidenta de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) y actual CEO de Prudential Seguros México, Sofía Belmar podría convertirse en la primera mujer al frente del CCE, una posibilidad respaldada por el propio Cervantes.
Entre sus apoyos se cuentan figuras como Carlos Slim y Altagracia Gómez, quienes destacan su perfil conciliador.
Su desventaja, apuntan analistas, radica en que su experiencia en el sector asegurador no necesariamente aporta fortalezas en temas de comercio exterior, un eje clave para la renegociación del T-MEC.
Juan Cortina Gallardo, el constante
El presidente y CEO de Grupo Azucarero México fue uno de los primeros en postularse y, a diferencia de Belmar, cuenta con experiencia dentro de uno de los sectores más llamativos dentro del acuerdo comercial al haber dirigido al Consejo Nacional Agropecuario (CNA).
Su insistencia al buscar el cargo en algunas otras ocasiones y la cercanía con Antonio Del Valle Perochena, presidente del Consejo Mexicano de Negocios (CMN), son otros de sus atributos que le pueden ayudar a ganar el cargo.
José Medina Mora, con pasado confrontador
El expresidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) —otra de las principales cámaras empresariales del país— tiene una base sólida de apoyo dentro de la iniciativa privada, pero su historial de confrontaciones con la 4T podría complicar su relación con la administración de Sheinbaum.
Aun así, su capacidad para debatir temas económicos de fondo y su conocimiento de los retos del libre comercio lo colocan como un posible contrapeso dentro del CCE.
Julio Carranza, sin apoyo de la banca
Otro nombre que suena con fuerza para encabezar al CCE es el del expresidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), sin embargo, la falta de respaldo por parte de la banca, un sector que todavía resiente el golpe que asesto el Departamento del Tesoro de Estados Unidos al sistema financiero mexicano, le jugaría en contra.
Además, como directivo —y no propietario— de empresa, comparte la misma desventaja que Belmar en un organismo donde predominan los dueños de capital.
Relevo en el CCE, con implicaciones políticas
La renovación de la presidencia del CCE, más que un cambio de nombres, será una prueba de qué tipo de interlocución busca el sector privado con el nuevo gobierno. Un liderazgo con visión negociadora y técnica podría asegurar estabilidad en un entorno económico incierto; uno más “político” o “confrontador” podría reavivar tensiones con la administración federal.
El registro de candidatos para la dirigencia del CCE se estará abriendo el próximo 6 de noviembre y concluirá el 11 del mismo mes.
Durante la sesión del 14 de noviembre se darán a conocer los nombres elegidos y comenzará el período de proselitismo para concluir el 5 de diciembre. La Asamblea General Anual Ordinaria —espacio previsto para la elección y el cambio de presidencia— se celebrará durante la segunda semana de diciembre.
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