Las administraciones de Rosario Robles como secretaria de Estado en el sexenio de Enrique Peña Nieto han sido erráticas y escandalosas.
Los medios de comunicación y recientemente la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectaron presuntas irregularidades durante su paso por la Sedesol y en su actual cargo al frente de la Sedatu.
La ASF detectó en sus administraciones presuntos daños al erario, donde se utilizaron esquemas similares para supuestamente desviar cantidades que en total superan hasta los 10,000 millones de pesos.
Robles se ha defendido y ha dicho que la pueden investigar “hasta por debajo de las piedras”, pues en ningún contrato irregular aparece su firma. Este martes, la funcionaria comparece ante el Pleno de la Cámara de Diputados, donde tendrá que rendir cuentas sobre sus administraciones.
Con la llegada de Morena al poder Ejecutivo y como mayoría en el Congreso bajo la consigna de acabar con la corrupción, los señalamientos a la titular de la Sedatu pueden convertirse en su segunda caída política.
Para Eliseo Rosales, analista y abogado especialista en transparencia, lo que ocurre con los presuntos señalamientos en las administraciones de Robles ya se ha convertido en un caso emblemático del actual sexenio, por lo que debe ser una investigación a fondo.
A ella la van a investigar, pero creo que el entramado es una laguna legal. Lo que ella dice es cierto, que en base a la Ley de Adquisiciones pueden contratar por convenio a universidades. Es jurídicamente posible o lícito, lo que no es aceptable es el abuso que han hecho de esa figura
Eliseo Rosales, experto en transparencia
Rosales explica que no puede quedar la percepción en la sociedad del “no pasa nada” en casos como este y exige un proceso serio y bien sustentado, en el cual se le permita a Robles defenderse, pero también se siga la ruta del dinero, lo que siempre es clave.
Mi hipótesis es que si la próxima administración no tiene resultados en el corto plazo, van a tener que dar golpes espectaculares y cambiar su estrategia a resultados rápidos; ¿qué es eso? es ir por algunas personas
Así, el futuro político de Rosario Robles podría definirse en los próximos meses, en los que figuras como Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, han asegurado que deberá responder por las presuntas irregularidades.
No obstante, el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, tiene un opinión diferente. Hace un mes dijo que la experredista es un “chivo expiatorio de la mafia del poder”.
Una vida de escándalos
La carrera política de Robles Berlanga ha estado acompañada del escándalo y la polémica.
Eran los últimos años de la década de los 90 y los primeros del siglo XXI cuando la economista por la Universidad Nacional Autónoma de México se perfilaba como uno de los personajes con más peso dentro del perredismo.
Su carrera iba en ascenso luego de ser la secretaria de gobierno durante la jefatura de Cuauhtémoc Cárdenas, quien, cuando se aventuró en su tercer intento por convertirse en presidente de México, la dejó en el cargo.
Hasta el próximo 5 de diciembre, día en que tomará posesión la electa Claudia Sheinbaum, Robles puede presumir que es la única mujer que ha ostentado el cargo de jefa de gobierno del Distrito Federal, ahora Ciudad de México.
En esa época parecía que la carrera de la actual titular de la Sedatu apuntaba a encabezar una fuerte corriente del sol azteca, luego de convertirse en su presidenta nacional, pero vino un escándalo que la obligó a renunciar. Fue la primera caída de su carrera política.
Distintas figuras del perredismo como René Bejarano, Gustavo Ponce y Carlos Imaz –entonces esposo de Sheinbaum– fueron grabados recibiendo sobornos del empresario Carlos Ahumada, con quien Robles mantenía una cercanía. Los implicados la señalaron como responsable de llevarlo a su círculo político. Ante la presión, se retiró también del PRD.
Por años se mantuvo alejada. Parecía que el fin de su carrera política había llegado, hasta que en el 2012, luego de que el PRI recuperara la presidencia con Enrique Peña Nieto, reapareció como titular de la Secretaría de Desarrollo Social, un puesto que tuvo hasta 2015, para luego pasar a la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, su cargo actual.
Para Robles podría quedar atrás aquella frase que en el 2013 desde Chiapas, ante los primeros señalamientos, el presidente Peña Nieto le dijo: “Rosario no te preocupes, hay que aguantar”.