Rosario Piedra Ibarra se prepara para rendir protesta como nueva titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), a pesar de las irregularidades señaladas por políticos, y organismos civiles durante el proceso de selección.

La activista busca tomar el cargo este martes en la Cámara de Senadores, pero se enfrenta a los obstáculos impuestos por el desaseo en su elección, su militancia en Morena, y su afinidad hacia el presidente Andrés Manuel López Obrador.

“El Senado no ha proporcionado la certeza de que el nombramiento se haya dado en las condiciones idóneas. Los procesos no han sido pulcros, ni han cuidado la transparencia que requiere la selección”, dice Marcia Itzel Checa Gutiérrez, presidenta de la Comisión Nacional de Evaluadores de México (CNEM).

El principal grupo opositor al nombramiento de  Rosario Piedra Ibarra como titular de la CNDH es la fracción parlamentaria del Partido Acción Nacional (PAN), que a través de la senadora Xóchitl Gálvez amenazó el lunes con evitar la toma de protesta a “toda costa”.

Gálvez presentó el lunes un video en el que supuestamente demuestra la existencia de un voto ‘fantasma’ en el conteo para la elección del nuevo ombudsman nacional. La senadora adelantó además que habrá “sorpresas” por parte de sus correligionarios durante la ceremonia de toma de protesta, pero sin dar mayores detalles.

De acuerdo con los legisladores panistas, Rosario Piedra Ibarra no logró los votos necesarios para sustituir a Luis Raúl González Pérez en la CNDH. Además de las deficiencias en el conteo de la votación por parte de la Mesa Directiva del Senado, los panistas denuncian un presunto voto doble del morenista Ricardo Monreal.

En respuesta a las amenazas del PAN, Eduardo Ramírez Aguilar, vicecoordinador de los senadores de Morena, dijo que Piedra Ibarra asumirá el puesto porque el procedimiento en el que fue electa “ya concluyó”, mientras que su compañera de bancada, Mónica Fernández, le dijo al portal Aristegui Noticias que impedirlo sería “ilegal”.

Ventana a cuestionamientos

Checa Gutiérrez considera que “desde varias perspectivas es cuestionable” el proceso de selección en el que Piedra Ibarra se impuso ante el abogado Arturo de Jesús Peimbert Calvo y al excomisionado de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), José de Jesús Orozco Henríquez.

Sin embargo, evitar la toma de protesta implicaría otro acto de ilegalidad por parte de los senadores del PAN, quienes inclusive podrían ser llevados a juicio político por interferir con una actividad legislativa que validada por el Pleno.

El presidente de la CNDH es una de las designaciones que están bajo responsabilidad de los senadores, según el Reglamento del Senado, que también establece que dicho servidor debe rendir protesta constitucional ante el Pleno. 

Y las violaciones a dicho reglamento se castigan conforme al artículo 110º constitucional, que habla del posible juicio político a legisladores y otros funcionarios explica Francisco Jiménez Reynoso, abogado constitucionalista de la Universidad de Guadalajara (UDG).

“Aunque lo veo complicado. No creo que este asunto llegue a escalar al grado de juicio político, pero es de llamar la atención que un nombramiento pueda poner al margen de la conversación esa posibilidad”, comenta el académico.

No obstante, el proceso de selección del nuevo titular de la CNDH fue controversial desde que se dio a conocer la terna de candidatos al puesto. La elección de los aspirantes inclusive dividió al grupo de Morena en el Senado, aunque logró la aprobación por mayoría simple.

El puesto en discordia

El presidente de la CNDH también es conocido como ombudsman nacional en México. Su responsabilidad es defender al pueblo y de funcionar como ‘termómetro’ de las grandes problemáticas sociales de una democracia, según la CIDH.

También es el encargado máximo de fiscalizar la actuación del Estado en la protección de los derechos humanos y de crear conciencia sobre la importancia de estos, de acuerdo con el International Ombudsman Institute.

Piedra Ibarra cuenta con una carrera en el activismo social de más de 40 años. Es integrante del Comité ¡Eureka!, una organización de familiares de desaparecidos y perseguidos políticos opositores al gobierno.

Es maestra en psicopedagogía por la Escuela de Ciencias de la Educación, y cuenta con una licenciatura en Psicología por la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Morena la impulsó su candidatura a una diputación federal en 2018, y fue secretaria de Derechos Humanos del Comité Ejecutivo Nacional del partido, al que sigue afiliada hasta este momento.

Su militancia en el partido político predominante en la Cámara Alta también ha sido objeto de críticas, por considerar que dicha condición puede afectar la autonomía de la CNDH, y la imparcialidad de su actuación.

Es hija de María del Rosario Ibarra de la Garza fundó el Comité ¡Eureka! en 1977 tras la desaparición de su hermano, quien fue integrante de la Liga Comunista 23 de Septiembre. Debido a su labor activista, Ibarra de la Garza el Senado le otorgó la Medalla Belisario Domínguez de este año 2019.