El gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador aún no cumple ni 100 días en el poder y ya tiene ante sí su primera gran prueba: librar con buenos resultados su estrategia contra el robo de combustible para demostrar que las afectaciones –escasez de combustible– en un sector de la ciudadanía valieron la pena, y para ello Octavio Romero Oropeza juega un papel clave.

Cerca de 30 años de amistad entre los tabasqueños hicieron que el actual presidente de México encomendara al ingeniero agrónomo una de las tareas más importantes en su proyecto de gobierno: llevar las riendas de la mayor empresa del país, Pemex.

La dupla López Obrador-Romero Oropeza no es nueva. Cuando el primero fue jefe de gobierno del entonces Distrito Federal –hoy Ciudad de México–, nombró al segundo como oficial mayor de su administración, es decir, el encargado de dirigir todo los recursos humanos y materiales.

El egresado del Colegio Superior de Agricultura Tropical de Cárdenas, Tabasco, pertenece a ese círculo de gente que siempre ha acompañado a López Obrador. Sus personajes de confianza. Prueba de ello son las dos encomiendas que le ha hecho en su trayectoria: manejar el dinero y la gente en su etapa en el cargo capitalino, y ahora hacerse cargo de un industria clave para México.

Hace más de una semana, el presidente de México anunció una estrategia para hacer frente al robo de gasolina popularmente conocido como huachicoleo, que en el 2017 tuvo un costo de 60,000 millones de pesos, la cual consiste en cerrar los ductos de Pemex y transportar el combustible en pipas. La acción generó desabasto en algunos estados del país y descontento de un sector social.

De inmediato, los reflectores se posaron sobre la figura del director de Pemex, pero el manejo de crisis de Octavio Romero no ocurrió; al contrario, irónicamente el tabasqueño brilló por su ausencia.

Fue hasta que el gobernador de Guanajuato, Diego Sinhué Rodríguez, acudió a las oficinas centrales de Pemex para buscar explicaciones el 8 de enero, cuando se le vio a Romero Oropeza en un video hablando a la ciudadanía de lo ocurrido.

En la grabación, el panista toma el protagonismo. La participación del director de Pemex se centra en externar su preocupación por lo ocurrido, el compromiso de enviar barriles con combustible a la entidad del bajío y de aclarar que no es una cuestión de escasez, sino de distribución.

Al siguiente día, en un nuevo video, el tabasqueño acompaña a la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, que habla sobre evitar las compras de pánico. Ahí la participación de Romero es solo de acompañamiento; no emitió una sola palabra.

Las polémicas del ingeniero

Según relató Octavio Romero Oropeza a la publicación Líderes Mexicanos, fue en 1988 en que se unió a las filas del PRD por invitación de Andrés Manuel López Obrador.

Ha intentado en dos ocasiones convertirse en alcalde de Centro, Tabasco, pero en ambas ha perdido la elección, una con el PRD en 1997 y otra con Morena en el 2016.

Cuando López Obrador lo invitó a ser contralor del entonces DF, fue señalado por dos polémicas. La primera en 2002 por un supuesto caso de nepotismo. Según el diario La Crónica, más de 30 familiares cobraban en la nómina. Las acusaciones vinieron de un grupo de panistas relacionados con Federico Döring.

La otra fue que firmaba la documentación como ingeniero cuando no contaba con cédula profesional. En esa ocasión López Obrador lo defendió con el argumento de que el trámite estaba en proceso. Hoy casi 18 años después, Romero Oropeza aún no cuenta con el requerimiento, según una investigación de Reforma, y pese a ello asumió el cargo al frente de Pemex.

Cuando se anunció el nombramiento del ingeniero agrónomo al frente de Petróleos Mexicanos, las críticas no se hicieron esperar. Una era que su perfil no coincidía con el sector que iba a dirigir. Otra era su poca experiencia en altos cargos públicos.

El ingeniero agrónomo no tiene experiencia en el sector energético, entre su carrera profesional se encuentra que dio clases de matemáticas, álgebra y estadística en el Colegio de Ciencia y Humanidades y la Universidad Juárez Autónoma, ambas de Tabasco. También tuvo cargos distintos cargos al interior del PRD en Tabasco y fue diputado en la Asamblea Legislativa.

En los últimos cuatro sexenios son diez los directores que han desfilado al frente de Pemex. Muchos contaban con estudios en ingeniería química, otros con perfiles de economistas y posgrados en el extranjero e incluso abogados.

Francisco Rojas Gutiérrez llegó al cargo máximo en Pemex en el sexenio de Miguel de la Madrid, una vez iniciado el gobierno de Carlos Salinas de Gortari continuó en los seis años en el puesto. Es el último caso de un titular de Pemex que se mantuviera toda una administración presidencial.

La interrogante que se abre en torno a Octavio Romero es si logrará superar la crisis que no solo significa la primera para Pemex en el actual sexenio, sino para el gobierno de López Obrador, y culminar en el puesto los seis años.