Los aranceles no es el único flanco débil que Donald Trump, próximo presidente de Estados Unidos, podría explotar en contra de México; también existe la posibilidad de que recurra al control del agua.
Raúl Rodríguez, presidente del Consejo Consultivo del Agua, elaboró un análisis anual así como proyecciones para este recurso hacia el año 2025, en donde concluyó que existen dos frente que harán de este recurso para la Casa Blanca en la nueva era de Trump.
En el tema del fenómeno Trump (…) ahí es un tema que va a ser complicado por muchos lados,
advierte.
El primer frente está relacionado con el nearshoring, específicamente con la posibilidad de obstaculizar que México aproveche esta oportunidad económica.
Esto podría lograrse señalando el déficit hídrico que actualmente enfrenta el país o estableciendo restricciones en el uso del agua en el territorio mexicano.
El segundo punto posible de presión de Trump
El segundo frente gira en torno al tratado de aguas binacionales firmado en 1944 entre México y Estados Unidos.
De acuerdo con el gobierno federal, el tratado regula la distribución de las aguas de los ríos Tijuana, Colorado y Bravo, desde Fort Quitman, Texas, hasta el Golfo de México.
El acuerdo define las asignaciones hídricas correspondientes a cada nación, pero en los últimos años, México ha enfrentado una creciente presión para cumplir con la entrega del volumen de agua que le corresponde a la Unión Americana, lo que ha intensificado las tensiones en torno a este recurso estratégico.
El segundo tema es el tratado de aguas binacionales, que es el que nadie quiere hablar, pero que ahí está, donde somos deficitarios, donde se ha dicho y CONAGUA públicamente dijo la semana pasada que ya se empezó a hacer un pago,
indica Raúl Rodríguez.
El especialista recalca que México sigue manteniendo esta deuda y la situación se agrava porque “hay estados fronterizos que dependen de esa agua, como lo son Baja California y Chihuahua”.
Situación presupuestaria
De cara al cierre del año, el especialista señaló su preocupación ante el significativo recorte presupuestario previsto para 2025 en el sector hídrico, que sería del 40% en comparación anual.
La realidad es que para 2025 se proyectan solo 37,000 millones de pesos para el rubro del agua, mientras que el Tren Maya recibirá 40,000 millones de pesos,
señala el especialista, subrayando la disparidad en las prioridades presupuestarias.
Lo idóneo sería destinar al menos un punto porcentual del PIB por año, que son 300,000 millones de pesos, añade.
“Sabemos que es imposible, pero el escenario posible y que nosotros vemos que es real, es un presupuesto de al menos lo triple que está ahorita”, comenta. Estos serían 180,000 millones de manera presupuestaria multianual para los próximos 10 años.
Esos 180,000 o al menos 120,000 millones de pesos, es el doble, pero durante 10 años existe el mecanismo dentro del Poder Legislativo de los presupuestos multianuales,
concluye.
Raúl Rodríguez advierte que esta distribución presupuestaria también ayudaría a los 16 proyectos que maneja el Plan Nacional hídrico que la presidenta Claudia Sheinbaum presentó el 21 de noviembre pasado.
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