Detrás de la única empresa que busca el contrato para realizar los estudios de seguridad del Tren Maya está Kroll, una compañía que espió a Sadam Husein, a funcionarios de Lula da Silva y que también trabajó para Televisa en 2006. 

Es la propietaria de KA de México, que busca hacerse del contrato para el Estudio integral de seguridad para el Tren Maya, según información obtenida a través de Compranet.

El proyecto licitado por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo busca identificar los riesgos de seguridad en la zonas por donde circulará el Tren Maya, utilizando la información más reciente sobre incidencia delictiva.

Incluye un análisis de la probabilidad e impacto de riesgos de seguridad relacionados con el robo de material, asaltos, extorsiones, secuestros y delincuencia organizada que se puedan presentar durante el desarrollo de la obra.

De las cinco compañías que mostraron interés por la licitación tras su publicación el 4 de noviembre, solamente KA de México envió una proposición por 10,807,814 pesos, según el acta de presentación y apertura del proyecto.

Su matriz se encuentra en Nueva York y ganó la fama mundial en las décadas de 1980 y 1990 por su participación en la búsqueda de activos ocultos de políticos como Jean-Claude Duvalier, Ferdinand e Imelda Marcos y Saddam Hussein.

Más recientemente, Kroll estuvo involucrada en la investigación del caso Odebrecht que impactó en varios países de América Latina, entre ellos México.

‘Padre’ de las investigaciones corporativas

Kroll es considerada el líder mundial de soluciones de riesgo corporativos. Se especializa en los servicios de investigación, ciberseguridad, “debida diligencia y cumplimiento”, seguridad física y operativa, y gestión de datos e información.

La fundó en 1972 Jules Kroll, un estadounidense considerado el padre de la industria de investigaciones corporativas, quien inclusive llegó a trabajar junto a Robert F. Kennedy en su campaña presidencial en 1968.

Actualmente la firma es una división de Duff & Phelps que se vende como consultora para los departamentos de compras. Se enfoca principalmente en mejorar las operaciones descubriendo sobornos, fraudes y otras formas de corrupción, según su página web.

La relevancia de Kroll en el mundo de los negocios llegó a ser tal que a los pocos años de haber sido fundada llegó a ser conocida como el “ojo privado de Wall Street”. Esto como resultado de su trabajo investigativo en el sector financiero.

Cada año publica el reporte Global de Fraude y Riesgo, el cual evalúa las respuestas de 60 entrevistas en profundidad, y 540 encuestas en línea a directivos de grandes compañías para conocer los niveles de riesgo corporativo en diferentes países.

El reporte, por ejemplo, estableció que al menos el 85% de las compañías mexicanas sufrieron algún tipo de fraude. También estableció que el 31% de las empresas nacionales tuvieron destinaron alguna cantidad de dinero al pago de sobornos.

Caballo de Troya estadounidense

Sin embargo, la participación de Kroll en investigaciones que han cambiado el rumbo histórico de diversos países ha puesto en tela de juicio la ética de la firma.

En 1991 Kroll encontró que un grupo de prestanombres de Sadam Husein, expresidente de Irak derrocado en 2003 y asesinado en 2006, tenían en secreto cerca de 1,000 millones de dólares de la época en compañías europeas.

Las inversiones incluían 8.4% de acciones de la compañía francesa Hachette, que en ese entonces era considerado el sexto medio de comunicación más grande del mundo. Ese fue un punto de quiebre para el país asiático previo a la invasión estadounidense en 2003.

En 2004 se le acusó de espiar a dos ministros brasileños del gobierno de Lula da Silva. La estrategia conocida como Operación Tokio implicó el uso de micrófonos y escuchas clandestinas.

También ha ocasionado controversia en México. En 2006 Kroll realizó una investigación para Televisa, empresa que quería conocer los presupuestos de sus anunciantes e investigar a los legisladores y periodistas que se oponían a la llamada Ley Televisa.

Actualmente trabaja en el país para consorcios interesados en construir plantas de energías renovables y gasoductos.

“Quieren saber si hay carteles, crimen organizado, disputadas sociales, acceso al agua, control de terrenos y si tienen derecho de paso”, según dijo Brian Weihs, director ejecutivo de Kroll México a Forbes el año pasado.