Tras casi dos meses en los que se realizaron 18 foros regionales, Andrés Manuel López Obrador recibió las conclusiones de los diálogos que realizaron miembros de su equipo de transición con distintos sectores sociales víctimas de la violencia. El resultado es un cúmulo de opiniones y propuestas contenidas en un documento de 146 páginas.
“Para simplificar, primero no apostar a la guerra. Mi gobierno se compromete a eso, a no apostar a la guerra”, dijo el presidente electo en el evento realizado en el Palacio de Lecumberri hace un par de días.
Los foros han generado críticas y apoyos. Por un lado se califica al ejercicio como algo sin precedentes que podría cambiar la forma de hacer política, aunque por otro se habla de propuesta que no garantizan certezas.
López Obrador indicó que tras recibir las conclusiones se trazaron líneas a seguir en la estrategia que busca plantear para encontrar la paz en México: no usar la fuerza para pacificar y no ordenar la represión; atender las causas profundas que provocan la violencia; formar en derechos humanos a los miembros de las policías, Ejército y Marina.
Además del acompañamiento a las víctimas; liberación a todos los presos políticos; análisis de la política de drogas; conocer la verdad de casos emblemáticos como Ayotzinapa; garantizar la presencia permanente de observadores externos de organismo internacionales, además de la creación de un consejo nacional para la paz.
“Es un proceso inédito. Es la primera vez que antes de ser gobierno se hace este esfuerzo por ir y escuchar a la gente. Como lo decía el propio Andrés Manuel, tiene que ser una insignia de este gobierno. Una marca en la que es un inicio de un proceso”, dijo Eunice Rendón, una de las encargadas de la organización de los foros.
La también experta en temas de prevención de violencia y migración agregó que el gobierno se alejó de la gente, por lo que es muy complicado volver a reconstruir los puentes de diálogo. “Nadie dijo que iba a ser fácil. Vamos a tener que ir rompiendo algunas barreras”.
No solamente las víctimas que son más visibles o aquellos que enarbolan causas y que han tenido, afortunadamente, la visibilidad de los medios, también se trató de aquellos invisibles y esa es parte de la forma de hacer gobierno de Andrés Manuel
Eunice Rendón
"Este proceso ya rindió sus primeros frutos, pues ha puesto en medio del debate nacional el tema de la #paz y la reconciliación." @AlfonsoDurazo #ConstrucciónDePaz @sembrarlapaz @A_Encinas_R pic.twitter.com/Jzow5JRWas
— Eunice Rendón (@EuniceRendon) October 25, 2018
La especialista indicó que los foros fueron útiles porque se habló de temas de prevención, de políticas de drogas y sobre todo se escuchó a las personas que viven los embates de la violencia, aunque aceptó que hubo reclamos y gritos, pero aclaró que quien gobierne a este país no debe tener miedo a ello, al contrario, las políticas públicas se deben construir a partir de escucharlas.
No encuentran certezas
El documento “Aportaciones de los Foros Escucha para Construir la Agenda de Política de Estado para la Construcción de la Paz entre Todos” presenta un compendio de conclusiones e ideas surgidas, según explican sus difusores, del diálogo en los foros de pacificación y reconciliación.
“Mi conclusión final es la siguiente: es un documento y es un esfuerzo documentado de buenas intenciones pero realmente disfrazado. La agenda ya se decidió, es un ideario. A mí me parece un preámbulo a un programa de seguridad pública ya decidido”, argumenta Carlos Vilalta, investigador experto en temas de geografía y crimen.
El investigador agrega que luego de dar una revisión al documento de 146 páginas, le da una impresión que los foros y las conclusiones se trataron de una fachada de consulta para justificar una estrategia que ya estaba definida, porque incluso ya se manejan acciones de políticas públicas de seguridad.
“Acciones muy específicas como por ejemplo ya viene expresamente que se va a abrogar la ley de seguridad interior. Ya vienen cuestiones de acciones específicas sobre desarme. Acciones específicas sobre relación bilateral con Estados Unidos, con Centroamérica, con flujo de migrantes. Proponen una ley para la paz y la reconciliación”, agrega.
Yo sinceramente dudo que estas acciones de política específicas hayan surgido de la aportaciones de los foros, a ese nivel de detalle lo dudo. Yo me quedó con la impresión de que es una fachada, una justificación de una agenda de seguridad que está decidida
Carlos Vilalta, experto
Con buenas intenciones, pero corta
Erubiel Tirado, coordinador del Programa de Seguridad Nacional y Democracia en México de la Universidad Iberoamericana, resalta que fueron foros que no cuentan con un valor jurídico, tampoco se llegaron a realizar todos y en los que sí, hubo un gran reclamo de justicia.
“En términos concretos no tiene un valor jurídico y tampoco fueron realizados por un gobierno con toda la autoridad como para también salvaguardar la identidad de las personas que participaron y que dejaron de participar precisamente por eso”, explica.
Tirado destaca que entre lo que se plantea se puede destacar la creación del consejo nacional para la paz, pero advirtió que si no se explica claramente qué es lo que se busca con ello, como sus alcances y atribuciones, se corre el riesgo de que quede como “meros recursos retóricos o una instancia que puede ser un elefante blanco con muy buenas intenciones”.
Otro punto que toca es el de la amnistía, en la cual dice hay una confusión sobre lo que significa un proceso de justicia restaurativa. Según los principios del derecho internacional humanitario debe ser aplicado en casos de conflictos internos, donde tanto los perpetradores como los agraviados están en un sentido de “borrón y cuenta nueva”, pero en México no pasa eso.
En términos políticos, qué bueno que hay voluntad de buscar cierta justicia y castigo para quienes han sido responsables tanto dentro y fuera del gobierno de lo que hemos padecido en los últimos 12 años, pero de ahí a lo que se está planteando así a secas, no sabemos qué vaya a suceder
Erubiel Tirado, analista de seguridad
Sobre la reciente propuesta de López Obrador de nombrar en su gobierno a Luis Cresencio Sandoval González al frente de la Secretaría de la Defensa Nacional y a José Rafael Ojeda en la Secretaría de Marina, Tirado opina que se nota un alejamiento del futuro presidente con la cúpula militar actual.
Sus razones son que eligió a gente cuyos nombres no se estaban barajando y no aplicó los usos y costumbres de las fuerzas armadas para las designaciones.