El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo este jueves que buscará revertir la reforma energética realizada en el gobierno de Enrique Peña Nieto si no logra fortalecer, con el marco legal actual, a Petróleos Mexicanos (Pemex) y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

El mandatario, quien ha dicho que la reforma energética del 2013-14 sólo ha debilitado a Pemex y CFE, reconoció que pidió a reguladores en una reunión esta semana que lo ayuden a “rescatar” a ambas empresas, altamente endeudadas.

No quiero que se privatice el sector energético, porque si no tenemos independencia económica, si no tenemos independencia en nuestros energéticos, no podemos garantizar nuestra soberanía como país independiente, libre,

dijo López Obrador en su conferencia desde Palacio Nacional.

La reforma constitucional realizada por la administración de Peña Nieto abrió toda la cadena de los hidrocarburos al capital privado y extranjero y terminó con el monopolio de Pemex en la producción de crudo.

Subejercicio de Pemex y CFE muestra los problemas administrativos que las aquejan.

En el sector eléctrico, la reforma abrió la puerta para mayor participación de particulares en la generación y dio un impulso a las renovables, pero mantuvo la transmisión en manos del Estado.

Legisladores de Morena han presentado al menos dos iniciativas de reformas a la Constitución para apuntalar el papel de las estatales. En el 2021, será renovada la Cámara de Diputados y podría reajustarse la correlación de fuerzas en ella, donde el partido del presidente tiene mayoría.

“Estoy convencido de que ha sido un fracaso rotundo las privatizaciones, negocios jugosos robo, saqueo de los bienes de México, los bienes de la nación, solo en beneficio de particulares”, añadió el titular del ejecutivo.

López Obrador dijo que Pemex solo extraerá petróleo para consumo interno y que su propuesta de reforma energética no dejaría, sin embargo, de lado a los privados.

Las finanzas de Pemex y la CFE son delicadas. Los más de 105,000 millones de dólares de deuda financiera de la petrolera la convierten en una de las más endeudadas del mundo, mientras lidia con una producción históricamente baja y su calificación crediticia ha caído en categoría de “basura”.

La CFE quiere mantener su participación mayoritaria en el mercado eléctrico y ha tomado medidas para reducir subsidios y elevar tarifas a empresas de energía renovable, lo que ha generado descontento entre empresas privadas del sector e incluso quejas de países socios de México.

Con información de Reuters