El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que su gobierno tomará medidas para garantizar el abasto del gas licuado de petróleo (LP) tras el paro de gaseros en contra de la fijación del precios máximos al combustible.
Las medidas se enfocan a tres ejes, el primero de los cuales es asegurar el abasto en el Valle de México e Hidalgo, donde se detectó el paro de actividades.
El segundo es que el gobierno analiza la posibilidad de presentar denuncias en contra de los distribuidores o comisionistas (los dueños de pipas y camiones repartidores) que se nieguen a cumplir con la obligación de prestar el servicio.
El tercero es entablar un diálogo con distribuidores y los comisionistas para ofrecerles garantías de seguridad mediante la intervención de la Guardia Nacional.
El presidente añadió que se darán a conocer más detalles mañana y descartó dar marcha atrás en el establecimiento de precios máximos al carburante.
No vamos a ser rehenes de quienes buscan nada más provecho personal. No es que ayer hicieron este paro y ya se va a quitar el precio máximo. Son medidas que tenemos que llevar a cabo en beneficio de la gente
aseveró el presidente.
El paro del 3 de agosto fue convocado por el denominado Gremio Gasero Nacional, que argumentó que tras el establecimiento de precios máximos al gas LP no se cuenta con las condiciones operativas necesarias.
Poco después, la Asociación de Distribuidores de Gas LP (ADG) y la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas Licuado y Empresas Conexas (Amexgas) se deslindaron de los paros y bloqueos.
En un comunicado, la ADG señaló que el mecanismo de precios provocó el malestar de comisionistas por la reducción de sus ingresos y que como medida de presión obstaculizaron la comercialización del combustible con acciones como cerrar plantas de distribución o destruir vehículos, por lo que pidieron apoyo del gobierno.