La CNBV de Ángel Cabrera: en impase y silenciosa, ¿FinCEN dará otra estocada?

La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) atraviesa una fase crítica. Tras la salida de Jesús de la Fuente Rodríguez —quien dejó una institución fragmentada— el nuevo presidente, Ángel Cabrera Mendoza, suma más de dos meses sin realizar los ajustes que distintos actores del sistema financiero daban por inevitables. Hasta ahora, el mensaje no es de reordenamiento, sino de continuidad, justamente en las áreas donde más se han documentado fallas y escándalos.
Cabrera Mendoza ha optado por un perfil discreto. No aparece en foros públicos, evita entrevistas y ha concentrado su agenda en reuniones cerradas.
Todo esto ocurre mientras la Comisión enfrenta un déficit de talento técnico, especialmente en supervisión avanzada. El sector privado paga mejor y la mayoría de los perfiles especializados migraron a bancos, aseguradoras y consultorías. Sin un replanteamiento salarial o de incentivos, una renovación interna real es poco viable.
Y con el recorte presupuestal previsto para 2026, tampoco se espera que estas condiciones mejoren. La CNBV sigue operando bajo las mismas estructuras y relaciones internas, que ya habían sido cuestionadas antes del relevo sin que hasta el momento existan señales de transformación.
Focos rojos en la VP de Supervisión de Procesos Preventivos
Uno de los puntos de mayor presión es la Vicepresidencia de Supervisión de Procesos Preventivos, encabezada por Juan Ayax Fuentes Mendoza. El área mantiene una fuerte influencia de cuadros provenientes de la Fiscalía General de la República (FGR), particularmente de la fiscal anticorrupción, María de la Luz Mijangos Borja, lo que ha generado frenos en procesos sancionatorios, especialmente en materia de prevención de lavado de dinero.
En el sector se comenta que esta vicepresidencia funciona como un nodo donde las decisiones se aceleran o se detienen, sin criterios claros y, en ocasiones, sin trazabilidad visible. Casos ligados a casas de cambio, gasolineros en el sur y reportes de operaciones inusuales han sido señalados por supervisados y litigantes: como carpetas que “se mueven lento”.
Antes de Ayax, la toma de decisiones en materia de PLD estuvo marcada por Sandro García Rojas, exvicepresidente del área y hoy figura constante en foros especializados. Lo relevante es que actualmente asesora directamente a instituciones que antes supervisó.
El ejemplo más evidente es la fintech autorizada de fondeo colectivo Capital Funding Lab (Emprendimientos Maussan y González, S.A.P.I. de C.V.). Durante su gestión en la CNBV, García Rojas fue notificado de posibles esquemas de lavado con recursos públicos, pero la denuncia no avanzó. Hoy, forma parte del consejo de esa misma fintech.
¿Viene relevo?
La tercera pieza en esta ecuación es Mireya Valverde Okón, exfuncionaria que pasó sin pena ni gloria en la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), y que posteriormente dejó el puesto de Oficial de Cumplimiento y Directora de Contraloría Interna en el Banco del Bienestar, en medio de un silencio institucional preocupante por la salida del banco público del negocio de la remesas.
Hoy Valverde Okón desempeña el puesto de “asesora de la presidencia de la CNBV”, una posición sin descripción pública, y que internamente se interpreta como un enlace directo de Sandro García Rojas —con quien mantiene una relación de amistad— dentro de la CNBV.
En círculos del propio gobierno, ya se menciona a la funcionario como la persona que podría sustituir a Juan Ayax Fuentes Mendoza.
Supervisión Bursátil, sin modernización
Si en PLD hay continuidad, en Supervisión Bursátil hay estancamiento.
La vicepresidencia encabezada por Edson Munguía González ha fallado en el análisis, monitoreo y mantiene esquemas que no han cambiado en dos décadas. En paralelo, Munguía conserva vínculos operativos y personales con la exvicepresidenta del área, Itzel Moreno Macías García, y el poder real en la dirección de emisoras sigue orbitando alrededor de Mauricio Basila, vía su protegido Leonardo Molina, director del área.
Las consecuencias se vieron en casos concretos:
El regreso de Aeroméxico a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), aprobado a pesar de que existe una sanción adiministrativa vigente relacionada con el uso de información privilegiada de un grupo de accionistas mexicanos;
- Las omisiones con Vector Casa de Bolsa, una de las tres entidades señaladas por el Financial Crimes Enforcement Network (FinCEN) por presuntamente lavar dinero del crimen organizado;
La ruptura sistémica de las financieras no bancarias, como Unifin y Crédito Real, donde la CNBV reaccionó cuando el daño ya era irreversible;
Y la participación de casas de bolsa en emisiones privadas, vinculadas al desfalco de Segalmex. Solo por mencionar algunos casos.
Aquí no falta información. Falta decisión y actualización regulatoria.
Normatividad, ¿la primera pieza que se moverá en la CNBV?
La Vicepresidencia de Normatividad, encabezada por Aurora Cervantes, permanece en revisión.
Su salida estaba prevista para mediados de octubre, pero hasta ahora no se ha concretado. Hoy, en la Comisión se habla de que su relevo sería Hugo Sebastián Gutiérrez Hernández, Subprocurador Fiscal Federal de Asuntos Financieros de la Procuraduría Fiscal de la Federación.
Lo relevante no es el nombre, sino el alcance: Normatividad es el área donde durante años ha avalado incrementos accionarios bajo criterios cuestionables y la operación de grupos financieros sin autorización definitiva.
Todo ello demuestra que la CNBV necesita una reestructura profunda. No solo de nombres, sino de criterios, flujos de decisión y responsabilidad pública. Y estos son solo algunos casos, la fotografía completa exige revisar todas las vicepresidencias, direcciones generales, unidades técnicas y órganos de resolución que hoy definen cómo se autoriza, supervisa, sanciona o se deja pasar.
El primer movimiento marcará el rumbo. Y ahí sabremos si Ángel Cabrera vino a administrar la continuidad o a reordenar el regulador más importante del país.
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