El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) se encuentra en la antesala de un cambio que podría redefinir su papel en México: hacerse de las funciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Una transición que, como todo proceso de este calibre, está plagada de retos, expectativas y la ineludible espera por la clarificación legal.
Y es que los recientes cambios constitucionales incluyeron la desaparición del Coneval, asignando al Inegi las funciones que este desempeñaba. Sin embargo, la dependencia encabezada por Graciela Márquez Colín no puede proceder hasta que las leyes secundarias definan con precisión el alcance de estas nuevas responsabilidades.
En otras palabras, tiene los pies en el umbral, pero no puede cruzar la puerta hasta que el marco legal sea definido.
Aunque la dependencia no es ajena a la absorción de funciones de otras instituciones, pues en el pasado, ya lo hizo al incorporar el Índice Nacional de Precios al Consumidor, una tarea que anteriormente recaía en el Banco de México. En ese entonces, para garantizar continuidad y excelencia técnica, se contrató a los especialistas que realizaban esta labor en la institución previa.
Esa experiencia ofrece una pista de cómo podría abordarse este nuevo desafío. Se ha destacado que el Coneval conoce de primera mano la forma en que el instituto levanta instrumentos estadísticos, una base que podría ser clave para una integración exitosa.
Aunque en las oficinas del organismo hay confianza y dicen que el rigor técnico que caracteriza al Inegi no solo es una fortaleza, sino también una exigencia autoimpuesta: “Vamos a hacer con el rigor técnico con el que trabajamos”.
El Banxico acelerará bajada de tasas
La reciente minuta de la Junta de Gobierno del Banco de México revela un cambio significativo en la postura del banco central hacia una política monetaria más laxa, un giro liderado por una mayoría de integrantes con un enfoque ‘paloma’, por lo que analistas ya anticipan recortes de hasta 50 puntos base en las decisiones de política monetaria programadas para febrero y marzo.
El tono de la minuta deja en claro que, aunque la inflación subyacente ha disminuido, el comportamiento de los precios en el sector servicios aún presenta niveles elevados. No obstante, el deterioro en las perspectivas de actividad económica ha ganado protagonismo en las deliberaciones, motivando a la Junta a considerar ajustes de mayor magnitud.
Para Banamex, la gobernadora Victoria Rodríguez y los subgobernadores Galia Borja y Omar Mejía han liderado las discusiones en favor de recortes más agresivos. Este bloque mayoritario argumenta que la postura monetaria actual, con una tasa real ex-ante altamente restrictiva, es incompatible con un entorno de inflación a la baja y una actividad económica debilitada.
En el pasado, Rodríguez Ceja ha destacado que “en las próximas reuniones podrían hacerse ajustes de mayor magnitud”, mientras que Mejía considera “necesario incrementar la magnitud de los recortes en algunas de las siguientes decisiones”.
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