En las últimas semanas, la atención de los inversionistas se ha centrado en cómo se ejecutará la política monetaria en Estados Unidos, pues al ser la economía más grande del mundo, tiene una influencia muy importante en el resto.

Recordando que, el Banco de la Reserva Federal tiene el mandato dual de lograr el máximo empleo posible manteniendo una inflación promedio de 2%, estas dos variables serán determinantes para las decisiones de los próximos meses.

En el primer caso, la evolución del sector laboral estadounidense continúa mostrando una robusta fortaleza. En junio, la economía generó 372,000 nóminas, mucho mejor que las previsiones del mercado de 273,000, y solo ligeramente por debajo de las 384,000 registradas en mayo.

Las cifras estuvieron en línea con la creación laboral mensual promedio de 383,000 de los tres meses anteriores. Por sector, se produjo un notable crecimiento del empleo en los servicios profesionales y empresariales, el ocio y la hostelería, y la atención sanitaria.

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Mientras que la buena nota fue dada por el empleo en la manufactura, que aumentó en 29,000 y alcanzó su nivel prepandemia de febrero de 2020. Con ello, el empleo no agrícola guarda una diferencia de sólo 524,000 plazas o 0.3% respecto al nivel observado en ese mes.

Por su parte, la tasa de desempleo se mantuvo sin cambios en 3.6%, igual que en los tres meses anteriores, siendo la más baja desde febrero de 2020.

Inflación, con un panorama adverso

En el caso de la inflación, el escenario es mucho más adverso. En el sexto mes del año, la anual aumentó a 9.1%, desde el 8.6% de mayo, ubicándose por encima de las previsiones del mercado de 8.8% y alcanzando el nivel más elevado desde noviembre de 1981.

Mientras que, la inflación subyacente, la medida favorita de la Fed para evaluar el desempeño del nivel de precios, fue de 5.9%. Aunque esta ha presentado una desaceleración en los últimos tres meses, fue mayor a la proyectada del 5.7% y casi triplica el 2% objetivo. 

De acuerdo con la Fed de New York, las expectativas inflacionarias para el próximo año aumentaron a un nuevo récord de 6.8% en junio, desde el 6.6% en mayo. Debido a un incremento de la de gasolina (5.6%), alquiler (10.3%), atención médica (9.5%) y educación universitaria (8.7%).

Ello implica un riesgo importante para el anclaje de las expectativas de largo plazo que reflejarían una pérdida de credibilidad en el banco central.

¿Subida de 75 o 100 puntos base?

Considerando lo anterior, no hay duda de que las condiciones están dadas para que la Reserva Federal se ciña a un camino de endurecimiento monetario agresivo. La duda está en si la próxima subida de la tasa de interés de referencia será de 75 o 100 puntos base, que sería el primer incremento de esa magnitud en la historia.

Después de que se dieran a conocer las cifras de inflación, los mercados de futuros vinculados a la tasa de los fondos federales llegaron a descontar, hasta con una probabilidad de 82%, que el aumento será de 1 punto porcentual. Sin embargo, esta probabilidad se moderó al 49% después de que el Gobernador de la Fed, Christopher Waller, señalara que el dato más reciente de inflación respaldaba un incremento de únicamente 75 pb.

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Bajo un escenario en el que la tasa de la Fed podría alcanzar un nivel de 4.0%, observado por última vez en diciembre del 2007, el rendimiento de los bonos del Tesoro a 2 años, altamente sensible a la tasa de referencia esperada, alcanzó un máximo de 3.27% durante los últimos días, nivel no visto desde el 16 de junio.

Mientras que el de 10 años, que marca la pauta para los costos de endeudamiento de las empresas y los hogares en todo el mundo, retrocedió hasta el 2.90%, pues los mercados continúan incorporando el estallido de una recesión.

Con ello, la curva de rendimientos del Tesos se volvió a invertir, pues el diferencial de cierre de sesión entre los rendimientos de los bonos a 2 y 10 años se amplió a 22 pb. Esta es el mayor spread desde el 15 de enero de 2007, reiterando una señal financiera que típicamente es utilizada para señalar que se aproxima una crisis económica.  

En línea con ello, recientemente el Fondo Monetario Internacional recortó su pronóstico de crecimiento del PIB estadounidense para 2022 a 2.3%, por debajo del 2.9% previo, y advirtió que evitar una recesión será “cada vez más desafiante”.

 

Janneth Quiroz Zamora es Economista y Financiera por profesión y pasatiempo. Cuenta con más de 15 años de experiencia analizando la coyuntura mundial y local de los mercados. Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de la autora.