Nuevas sedes corporativas están surgiendo en todo Estados Unidos.

Walmart, el minorista más grande del mundo y el mayor empleador del sector privado de ese país, reveló planes para una nueva sede central, uniéndose a sus rivales Amazon y Apple en la expansión de sus campus corporativos, mientras el presidente Donald Trump presiona a las empresas estadounidenses para que realicen mayores inversiones en casa.

La compañía con sede en Bentonville, Arkansas, está construyendo una nueva sede en su ciudad natal, un proyecto que anunció en septiembre de 2017 y que se extenderá por más de 300 hectáreas y albergará a sus casi 17,000 empleados con espacio para acomodar a más a medida que se creen nuevos puestos.

Senderos para bicicletas que recorren el corazón del campus, un parque enorme, gimnasios, foodtrucks y centros de cuidado infantil serán algunas de las comodidades que se fusionarán con un diseño estético moderno, declaró el vicepresidente ejecutivo de Asuntos Corporativos, Dan Bartlett, quien está supervisando el proyecto.

También habrá elementos más básicos para diseñar un lugar de trabajo moderno, como espacios abiertos que fomenten la colaboración, pero que también ofrezcan privacidad, techos altos, muchas ventanas y espacios de estacionamiento amplios y luminosos.

Nos estamos esforzando por atraer y retener al mejor talento para ganar el futuro del comercio minorista y el componente clave de eso es el ambiente de trabajo que estamos creando,

dijo Bartlett.

Walmart ha mantenido sus planes para una nueva sede en un perfil bajo, a diferencia de algunos de sus rivales.

Por ejemplo, Amazon cautivó a los funcionarios electos en América del Norte en septiembre de 2017, cuando anunció que crearía más de 50,000 empleos en una segunda sede central denominada HQ2. Ciudades y estados compitieron desesperadamente por el estímulo económico y algunos estados ofrecieron miles de millones en posibles créditos fiscales.

Después de una búsqueda agresiva, Amazon anunció dos ganadores: Long Island City en Nueva York y Arlington, Virginia. Pero tuvo que revertir sus planes de manera abrupta en la Gran Manzana luego de una reacción violenta en varios temas, incluidas las deducciones fiscales.

El fabricante de iPhone también está gastando 1,000 millones  de dólares para construir un segundo campus en Austin, Texas, que albergará hasta 15,000 trabajadores.

Las corporaciones estadounidenses han estado bajo presión política para aumentar las inversiones en el país como parte de las políticas de ‘America First’ de Trump, que han llevado a una amarga guerra comercial con China.

A estas empresas también les interesa cada vez más promocionar las inversiones y la creación de empleos, especialmente porque aquellas que han trasladado empleos al extranjero o han cerrado fábricas han recibido fuertes críticas de Trump, quien ha defendido la creación de empleos.

Bartlett de Walmart no dio detalles sobre la cantidad que está invirtiendo en el proyecto, ni la cantidad de nuevos empleos que creará en su nuevo campus.

El vicepresidente ejecutivo explicó que el proyecto y la inversión de capital se hará gradualmente durante varios años y no afectarán sus finanzas en un solo trimestre o año.

Walmart no recibió “paquetes especiales o exenciones de impuestos que estaban fuera de lo común” para su proyecto, aseguró el directivo.

La firma recibió un crédito de inversión estatal que cualquier empresa en Arkansas puede solicitar y recibir, agregó. “Nuestro objetivo no era extraer cosas de la comunidad”.

Walmart se embarcó en este proyecto porque sus oficinas centrales actuales están en su capacidad máxima, y la fuerza laboral de su oficina central se extiende sobre 20 edificios en Bentonville y Rogers, Arkansas.

Los nuevos edificios tendrán paneles solares en las cubiertas del estacionamiento, iluminación de bajo consumo de energía, materiales de construcción de origen local, incluida la construcción masiva de madera.

El minorista se inspiró en el diseño de la sede de empresas como McDonald’s y Deloitte, grandes fabricantes de productos de consumo, y otros en la costa oeste. Los directivos también visitaron campus universitarios como Stanford, la Universidad de Texas y la Universidad de Arkansas.

La demolición comenzará este verano y la nueva sede se concluirá 2024.

Con información de Reuters