El jueves cuatro de junio, la Fiscalía de Seúl solicitó una orden de arresto contra Lee Jae-yong, vicepresidente de Samsung Electronics y nieto del fundador de la empresa. Sin embargo, tras una audiencia de nueve horas, un Tribunal rechazó la solicitud al considerar que no existían razones suficientes para su arresto.
Lee Jae-Yong fue acusado de manipular el precio de las acciones durante la fusión de dos unidades de Samsung: Cheil Industries y C&T, operación realizada en 2015, un año después de que Lee tomara control del grupo tras la muerte de su padre en 2014.
Accionistas denunciaron que C&T fue infravalorada intencionadamente con apoyo del Fondo Nacional de Pensiones (accionista de Samsung), para que con menor un precio Lee Jae-Yon, quien era accionista mayoritario de Cheil Industries, pudiese tener una mayor participación de C&T.
En un comunicado, el grupo consideró “sin fundamento” las sospechas de manipulación de precios y añadió que Lee no participó en “ninguna actividad ilegal”.
Los fiscales pueden volver a solicitar la orden de arresto después de una investigación adicional, o llevar a Lee a juicio sin arresto.
El directivo de Samsung, cuyo volumen de negocio representa un quinto del PIB de Corea del Sur ha estado involucrado en otros escándalos de corrupción.
En 2017 fue condenado a cinco años de cárcel, pues fue declarado culpable de pagar sobornos durante la presidencia de Park Geun-hye, la mandataria fue separada de su cargo y sentenciada a 24 años de cárcel.
Al año siguiente liberaron a Lee Jae-yong de su sentencia, aunque el caso se juzga de nuevo.