El futuro del mercado de vehículos eléctricos tuvo una de sus semanas más favorables en tiempos recientes, tras el anuncio de nuevas inversiones por parte de privados, el ajuste de proyecciones y algunas pistas sobre posibles impulsos regulatorios.

General Motors aumentará un 30% sus inversiones en investigación y desarrollo de vehículos eléctricos en los próximos cinco años. La inversión servirá para acelerar el lanzamiento de algunos modelos, y los expertos consideran que se trata de una muestra tangible de que la compañía no quiere dejar la hegemonía del sector a Tesla.

La CEO de la compañía, Mary Barra, dijo en una conferencia con Barclay’s que “los vehículos eléctricos son clave para que GM cree valor para los accionistas”, y aclaró que la meta de la compañía se basa en una eventual adopción masiva por parte de consumidores.

David Welch, analista de Bloomberg, cree que esta meta se basa en la idea de que los consumidores ya están listos para migrar a vehículos eléctricos que requieren conexión, lo que da motivos a la empresa para intentar entrar al mercado antes que su competencia.

La meta de GM pasó de 20,000 millones de dólares a 27,000 millones, cifra que supera la inversión planeada para vehículos de gasolina y diésel, de acuerdo con la compañía.

Arrival, la compañía británica de autobuses y vanes también anunció esta semana que se volverá pública mediante una fusión con una SPAC que colocó su valuación en 5,400 millones de dólares.

Este año nos comprometimos a lanzar 20 nuevos VE para 2023. Hoy, estamos emocionados de anunciar que hemos acelerado nuestra proyección de desarrollo y ahora planeamos lanzar 30 nuevos VE de forma global para 2025.

El trato incluye 400 millones de dólares en fondos adicionales de inversionistas como Fidelity, BNP Paribas y fondos manejados por BlackRock. Arrival ha dicho que tiene contratos firmados por un valor de 1,200 millones de dólares, incluyendo un pedido de 10,000 camionetas para UPS. La producción comenzará en el último trimestre del próximo año.

Esta semana, el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) destacó que el triunfo de Joe Biden en las elecciones estadounidenses podría ser una de las mejores noticias para el sector en los últimos años, impulsando de forma importante las ventas futuras.

Biden ha insinuado que hará cambios a las reglas de emisiones de vehículos para regresar a los niveles alcanzados durante su vicepresidencia e incluso para establecer metas más ambiciosas. Un regreso a la normativa de la era Obama significaría un crecimiento de 15% para 2023 y de 25% para 2026, de acuerdo con CSIS.

El potencial crecimiento en las ventas de unidades eléctricas también ha provocado que la industria forme un frente unido para exigir cambios al gobierno estadounidense. La Asociación de Transportes Zero Emisiones (ZETA) es un nuevo grupo formado por pesos pesados de la industria como Tesla, Uber, Arrival, Lucid Motors y algunas empresas de electricidad.

El objetivo del grupo es que el gobierno establezca medidas aún más ambiciosas: juntos esperan lograr que los vehículos eléctricos representen el 100% de las ventas de vehículos nuevos en Estados Unidos.

Para este fin, ZETA pedirá mayor inversión en infraestructura de estaciones de carga y mayores incentivos a la compra, los cuáles podrían incluir descuentos a los clientes que intercambien sus autos viejos.