Únicamente uno de cada tres autos producidos en México y exportados a Estados Unidos quedará exento de aranceles, una vez que se implemente un sistema que permita certificar que sus autopartes sean de manufactura estadounidense.
Esto podría provocar, además de aumentos a los precios y pérdida de competitividad, una disminución del equipamiento de las unidades.
Las tarifas de Donald Trump a la industria automotriz ya son un hecho: la Casa Blanca aplicó un arancel del 25% a las importaciones de automóviles, motores, transmisiones, piezas de tren motriz y componentes eléctricos. Incluso aquellos vehículos fabricados bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) tendrán un gravamen sobre su contenido no estadounidense.
Para calcular los aranceles, se implementará un sistema para certificar la procedencia de sus autopartes.
De acuerdo con analistas de Banco BASE, una vez que se pongan en marcha los aranceles, únicamente uno de cada tres autos mexicanos quedará exento; aunque, antes de eso y a partir del 3 de abril, habría tolerancia para todos aquellos que cumplan con las reglas del T-MEC.
Se estima que el arancel que entrará en vigor el 3 de abril quedará exento para el 61.9% de las exportaciones de autos de México y cuando se pueda separar contenido estadounidense, quedará exento solamente el 33.0%
dijeron en una nota de análisis.
Más aranceles, menor equipamiento
Para cumplir con las reglas de contenido estadounidense –o, en un proceso transitorio, del T-MEC– y exentar los aranceles, algunas armadoras podrían optar por desmontar autopartes o equipamiento que no concuerde con los requisitos para exportar el vehículo, mencionó en una conferencia el director comercial en JATO Dynamics, Luis Brizuela.
Ahora, para evitar la aplicación de aranceles en un vehículo y un impacto en su precio, al final del día podría suceder que los clientes queden con un vehículo que no tenga la tecnología que buscaban
dijo el especialista.
Adicionalmente, la reconfiguración de equipamiento y tecnologías permitiría que las empresas puedan desplazar su inventario de manera más rápida y un menor impacto en el precio final al consumidor.
En el mismo sentido, la académica de ITESO, Mireya Pasillas, abundó que las automotrices tendrán que realizar una certificación por cada modelo que produzcan para determinar el nivel de aranceles que se aplicará.
Autos mexicanos perderán competitividad
De acuerdo con analistas de Banamex, los autos mexicanos recibirían un promedio ponderado de 23.1% de aranceles, tomando en cuenta el contenido de autopartes estadounidenses y el cumplimiento con las reglas del T-MEC; contra el 25% que tendrán los ensamblados en el resto del mundo.
Si bien México y Canadá ganarán competitividad y, por lo tanto, participación de mercado en las importaciones americanas, también es cierto que perderán competitividad respecto a los producidos en Estados Unidos
comentaron los especialistas.
Es decir, las medidas de Donald Trump provocarán el traslado de costos a los consumidores que, a su vez, generarán que los autos producidos localmente sean más atractivos. Los vehículos de México y Canadá estarían en segundo lugar de predilección; mientras que los del resto del mundo serían los menos competitivos.
Aunque la gran pérdida para México podría provenir de las inversiones extranjeras, pues las armadores preferirían invertir en Estados Unidos debido a los menores costos. Pero también se ponderarán aspectos como los costos de mano de obra, contrastó la académica de ITESO.
Lo cierto es que es muy difícil hacer que las empresas se muevan en el corto plazo para allá, hay costos hundidos que no se pueden mover tan fácilmente, además los salarios son muchos más bajos aquí en México
indicó.
Adicionalmente, la especialista ve algunas afectaciones como la sobreoferta de vehículos en el mercado interno y un impacto potencial en el empleo de estados productores de autos, como Guanajuato, Coahuila, Aguascalientes o San Luis Potosí.
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