El operador turístico británico Thomas Cook, fundado en 1841, anunció su quiebra este lunes de madrugada tras fracasar en su intento de lograr un acuerdo financiero.

La compañía con 178 años de historia en los viajes turísticos negoció intensamente durante todo el fin de semana en busca de una inyección de 250 millones de dólares (227 millones de euros), para evitar el colapso, pero fracasó y tuvo que cerrar repentinamente.

La situación obligó a las autoridades del gobierno de Boris Johnson a lanzar una operación sin precedentes para repatriar a 600,000 clientes abandonados en España, Cuba y otros destinos de vacaciones en el mundo.

Un rescate no habría sido un buen uso del dinero de los contribuyentes, habríamos tenido que repatriar a la gente más adelante y habríamos perdido más dinero en el proceso,

defendió este lunes una portavoz de Downing Street.

“Es un mercado muy competitivo y no es función del gobierno apoyar a las empresas cuando surge este tipo de problemas”, agregó.

Aseguró que se investigará la responsabilidad de los directivos que cobraron importantes primas mientras empeoraban los resultados del grupo.

El turoperador había visto decaer su negocio en los últimos años y que en el primer semestre presentó una pérdida de 1,863 millones de dólares, debido a la feroz competencia de las plataformas web de viajes y la desconfianza de los turistas a viajar ante las incertidumbres que rodean al Brexit, retrasado ya dos veces este año.

Thomas Cook tiene unos 22,000 empleados en todo el mundo, 9,000 de ellos en el Reino Unido.

Bajo el apelativo “Operación Matterhorn”, las autoridades comenzaron a organizar el retorno de 150,000 turistas británicos, siendo la mayor operación de repatriación realizada por el país en tiempos de paz.

Se rentaron aproximadamente 40 aviones, con ayuda de varias compañías, y se preveía 1,000 vuelos en una operación que podría costar hasta 124 millones de dólares (113 millones de euros).

Los aviones movilizados por la Autoridad Británica de Aviación Civil (CAA) empezaron a despegar desde el archipiélago español de las islas Baleares, donde había entre 25,000 y 30,000 clientes de Thomas Cook.

En el aeropuerto de Palma de Mallorca, agentes del gobierno británico ayudaban a los turistas desconcertados.

La historia de Thomas Cook

El inglés Thomas Cook organizó en 1841 el primer viaje en grupo con tarifas negociadas conocido en el Reino Unido, una ida y vuelta de Leicester a Loughborough, en el centro de Inglaterra, para 500 personas.

En 1872, Thomas Cook organizó y participó él mismo en la primera vuelta al mundo en grupo, realizada en 222 días.

La compañía facturaba cerca de 12.4 millones de dólares anuales gracias a los viajes de unos 20 millones de clientes en todo el mundo.

Sus destinos eran en Maldivas, Tailandia, China, pero principalmente en el sur de Europa y el Mediterráneo: Mallorca, en España, y Antalya (Turquía).

El grupo cuenta con 200 hoteles a su nombre, especializados en función de los tipos de público: familias, jóvenes, lujo y bajo precio.

También posee la marca de viajes Jet Tours y un centenar de aviones a su nombre o bajo la marca alemana Condor, la cual seguirá volando pese a la quiebra.

Los problemas financieros de los últimos meses dieron al traste con sus acciones en la Bolsa, que ya solo valen unos peniques de libra.