El aislamiento provocado por el virus COVID-19 tendrá un impacto en los consumos eléctricos del sector industrial y residencial.

“El consumo de los hogares es mucho menor que el consumo industrial. Tal vez suba por el uso constante de televisión y ciertos focos, pero no se compara con el sector industrial. Vamos a tener una mayor participación de renovables en la matriz energética porque es la primera fuente que se recibe, entonces [dado que el costo de esta es cero], en teoría debería disminuir la tarifa porque no se va a usar la energía más cara, que viene de combustóleo, por ejemplo”, explicó Víctor Ramírez, analista del sector energético.

Paul Sánchez, director de Ombudsman Energía México, aclaró que esta baja en los precios marginales locales se vería reflejada sólo en las tarifas no residenciales, pues las residenciales se encuentran subsidiadas, y estimó que los hogares que normalmente están vacíos durante el día sí podrían experimentar un ligero aumento en sus consumos acostumbrados.

La disminución en la demanda energética nacional podría significar también un menor uso de plantas de cogeneración, por lo que México requeriría menores cantidades de gas natural. De cualquier forma, la entrada en operación del gasoducto Texas-Tuxpan garantiza que se tendrá suficiente hidrocarburo sin los impedimentos logísticos a los que se enfrentan otras economías.

Este martes, Luis Bravo, coordinador de comunicación corporativa de CFE, aseguró que no se vislumbran problemas para garantizar la disponibilidad de energía eléctrica. Para asegurarse de esto, la empresa eligió mantener al 82% de su planta laboral trabajando en condiciones normales. Este porcentaje podría disminuir una vez se identifique al personal más imprescindible para continuar con la operación y se otorguen permisos a los miembros de la nómina más vulnerables.

Bravo también adelantó que la Comisión no condonará ni congelará pagos de tarifas eléctricas en estos momentos, debido a que los costos de mantenimiento del sistema eléctrico son demasiado altos, aunque se hablará con las áreas relevantes para analizar posibles acciones a futuro.

Si el aislamiento se mantuviera hasta el próximo verano, las penínsulas podrían ver un crecimiento en la demanda residencial, sobre todo por el uso constante de aires acondicionados. Sin embargo, este también se ve balanceado por una disminución del uso de energía en las zonas hoteleras, por lo que se podrían evitar apagones como los vistos el año pasado.

En noviembre de 2017, último mes reportado por el Sistema de Información Energética, el consumo industrial representó el 58% del consumo nacional, mientras que el sector residencial representó sólo el 27%.