El brote del coronavirus y el conflicto entre Arabia y Rusia han llevado al precio del petróleo a niveles mínimos que ponen en duda la rentabilidad de las compañías petroleras a nivel internacional.
Shell, Chevron y Repsol están entre las empresas que ya han anunciado cambios en sus estrategias, pero los objetivos de esta administración y la fuerza del sindicato podrían ser obstáculos en un cambio de dirección para la petrolera mexicana.
“No ha habido cambio en el esquema de costos, ajustes en el personal o una directriz de niveles óptimos de la utilización de refinerías o la explotación de cambios prioritarios. Se nota un Pemex que no ha ajustado la estrategia al nuevo paradigma, incluso el centro ejecutivo trabaja con normalidad y no remotamente, ni siquiera en lo básico se ve un ajuste. Es imposible que la estrategia de hace 18 meses no necesite ajustes”, expuso Adrián Calcaneo, director de Midstream y Líquidos para IHS Markit.
El experto destacó que los movimientos en el tipo de cambio han aumentado el costo de la refinería de Dos Bocas en hasta 25% y que otras empresas han pospuesto inversiones que a priori parecían más seguras, por lo que es sorpresivo que la administración no haya hecho un pronunciamiento en este sentido.
El año pasado, Pemex reportó pérdidas por 33,000 millones de dólares con un precio promedio anual de 53 dólares por barril. Este año, los analistas pronostican que el precio promedio rondará los 20 dólares, por lo que el panorama parece sombrío.
El riesgo de contagio del COVID-19 no han modificado las labores en Pemex, que continúa trabajando con el grueso de su plantilla laboral.
La empresa tiene alrededor de 140,000 empleados, de los cuáles casi 125,000 son miembros del sindicato. La fuerza del sindicato dentro de Pemex podría ser uno de los impedimentos más grandes para detener labores, sobre todo si este paro se diera sin paga.
“Mientras no se reforme la manera en que opera el sindicato y se reduzcan los gastos operativos de la empresa en términos de personal, nunca van a tener utilidades. Exploración y Producción, que te daban utilidades, seguramente no lo harán este año.
Una empresa petrolera no puede absorber empleados de forma permanente y lineal, las empresas deben absorber y soltar dependiendo de los ciclos económicos“ explicó Paul Sánchez, director de Ombudsman Energía México.
Sánchez consideró que, además, los ajustes más apremiantes para solventar los problemas actuales del mercado son el replanteamiento de los campos prioritarios y el paro momentáneo de las instalaciones de refinación.
Calcaneo mencionó además el paro de inversiones y el enfoque general en la redituabilidad por encima de la producción. También advirtió que existe “demasiado ruido en el sistema”, y que la situación del crudo podría empeorar antes de mejorar, para terminar en precios cercanos a los 30 dólares para finales de año. Esto significa que Pemex vendería a precios cercanos a los 25 dólares.
Las empresas petroleras a nivel mundial ya han reaccionado ante este panorama.
Shell ha anunciado que recortará sus inversiones este año en al menos 5,000 millones de dólares (20%), para colocarlas cerca de 20,000 millones de dólares; Total recortará 3,000 millones (16%) de su estimado inicial, para colocarse en 15,000 millones de dólares; y Chevron recortará 4,000 millones (20%) para colocarse en 16,000 millones.