Guadalajara, Jalisco.- Aunque en los últimos años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador fue común ver apagones durante el verano en diversas regiones del país, la administración de Claudia Sheinbaum Pardo asegura que este escenario no se repetirá en 2025, su primer año de administración.
En entrevista con EL CEO, el subsecretario de Planeación y Transición Energética de la Secretaría de Energía, Jorge Marcial Islas Samperio, descartó que en el verano de 2025 se presenten interrupciones en el suministro eléctrico.
El subsecretario recordó que la administración entrante asumió el control en un contexto donde los apagones eran frecuentes, con alertas en el norte del país, Baja California y la península de Yucatán. Por ello, el primer paso fue diseñar un plan de confiabilidad, presentado a la presidenta Sheinbaum, que incorpora algunos ciclos combinados para estabilizar la generación y balancear la oferta y demanda de energía.
El funcionario detalló que en la implementación del plan de confiabilidad ya está garantizando el abastecimiento de energía en todo el país. Como parte de esta estrategia, están las plantas de seguridad, incluyendo motores de combustión interna en regiones vulnerables como Baja California Sur, para evitar problemas de suministro.
“Lo primero que atendimos fue eso, para que no haya apagones”, comentó.
Inversiones con nuevo enfoque
De acuerdo con Islas Samperio, el sector eléctrico se ha beneficiado de inversiones realizadas en el sexenio pasado. Por ejemplo, en generación eléctrica, se destinaron 15,714 millones de dólares; en transmisión 4,600 millones de dólares, y en distribución 278 millones de dólares.
Sin embargo, de los 15,000 millones invertidos en generación, aproximadamente 9,000 millones aún no han entrado en operación comercial, aunque lo harán en el transcurso de este año y el siguiente.
“También hay importantes inversiones en transmisión y distribución en proceso, que concluirán en un periodo de uno a dos años”, añadió el funcionario.
El nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum busca modificar la estrategia de la administración pasada, para priorizar otras fuentes de generación.
Para la actual administración, el plan energético contempla una inversión de hasta 23,400 millones de dólares, lo que, sumado a lo ejercido en el sexenio pasado, representará un total de 42,000 millones de dólares en un periodo de 12 años.
Este presupuesto tiene como objetivo garantizar el suministro eléctrico y, a diferencia del esquema anterior, priorizará la generación de energías limpias. En este sentido, se prevé una mayor inversión en la ampliación de la red de transmisión, lo que permitiría conectar fuentes renovables como la energía eólica en Durango y Tamaulipas, así como evacuar la electricidad producida en Sonora.
También se destinarán 3,600 millones de dólares en distribución, un incremento significativo respecto al sexenio pasado, con el propósito de mejorar la calidad del suministro eléctrico en hogares, industrias y comercios, además de integrar mayor generación distribuida
añadió.
Plan de transición energética
A partir de ahí, se ha transitado hacia un plan de transición energética, el cual ha evolucionado hasta convertirse en un esquema de mediano plazo con 2,400 MW de cogeneración en instalaciones industriales.
El objetivo hacia 2030 es que el 38% de la capacidad instalada corresponda a energías limpias, mientras que el 62% seguirá dependiendo de hidrocarburos, especialmente gas natural. La aspiración a mediano plazo es alcanzar un 45% de generación limpia, aunque esto dependerá del desarrollo de una cartera viable de proyectos renovables que permitan reducir la dependencia al gas.
Aun con este esfuerzo, en 2030 el 55% de la matriz energética seguiría siendo térmica, lo que evidencia la dificultad de la transición energética en un plazo de cinco años.

La estrategia actual contempla la incorporación de 2,200 MW de capacidad fotovoltaica, acompañados de 574 MW de baterías. También se han planificado 3,425 MW en ciclos combinados y 200 MW en motores de combustión interna para reforzar la confiabilidad del sistema.
En cuanto a las plantas solares, se han concluido las fases uno y dos del proyecto Peñasco, mientras que las fases tres y cuatro están en desarrollo, junto con nuevas instalaciones en Río Escondido, Camira y Luna, con fechas estimadas de entrada en operación entre 2027 y 2028.
Adicionalmente, el plan contempla una segunda fase con 2,470 MW de energía eólica, exclusiva de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que se sumarán a 741 MW de baterías para fortalecer la capacidad de almacenamiento.
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