El 85% de las empresas del sector industrial asegura que aumentó su productividad como resultado de una mayor flexibilidad por el trabajo remoto, derivado de los ajustes que se hicieron al interior de las empresas durante la pandemia por COVID-19, de acuerdo con datos recabados por OSIsoft, empresa de inteligencia operacional.

Con miras al próximo año y los retos que traerá, las compañías deberán adaptar sus procesos para mejorarlos con el objetivo de incrementar la productividad.

“De cara al 2021, el sector industrial enfrentará un panorama completamente distinto al que las compañías están acostumbradas, con nuevas necesidades y retos que serán parte de su ‘nueva normalidad'”, detalla un estudio de OSIsoft.

Este mes se aprobó el dictamen que reforma el artículo 311 y adiciona el Capítulo XII Bis de la Ley Federal del Trabajo (teletrabajo o home office). En él se estipula que si los trabajadores realizan 40% de sus labores en casa, será considerado como teletrabajo y mantendrá los mismos derechos laborales que un empleado que trabaja de manera presencial.

Además, las empresas estarán obligadas a pagar el servicio de telecomunicaciones de quienes laboren en esta modalidad, así como una parte proporcional del gasto en electricidad y el equipo necesario para el teletrabajo como equipo de cómputo y sillas ergonómicas, entre otros.

Añadido a esto, se estipuló la protección de datos personales de los trabajadores, derecho a la intimidad, así como el respeto al derecho a la desconexión. Por su parte, los colaboradores tendrán la responsabilidad de resguardar y cuidar el equipo proporcionado por la empresa.

No obstante, el panorama luce favorable para la industria, pues muestra señales de recuperación hacia el cierre del año.

En octubre la actividad en este sector avanzó 2%, respecto a septiembre, mes que tuvo un estancamiento, según datos del Inegi

El indicador muestra un paulatino avance de la industria, con la lenta reapertura económica para las actividades. El dato analiza el comportamiento de industrias como construcción, minería, manufacturera y la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por productos al consumidor final.

“Poner en funcionamiento a una empresa, de cualquier sector, no será igual (…) Existirá una necesidad importante de abastecer de productos básicos a la gente, además de posibles incrementos en la demanda de insumos, lo que hará que las firmas deban incrementar sus ritmos de trabajo y reorientar sus estrategias de producción”, de acuerdo a OSIsoft.