Tupperware, firma reconocida por sus recipientes para almacenar alimentos, suma una nueva problemática a su anuncio de quiebra, ya que sus prestamistas no le permiten tocar el efectivo para realizar los pagos a 465,000 contratistas puerta a puerta.
Actualmente la compañía cuenta con 7.4 millones de dólares en efectivo; sin embargo, cualquier gasto debe contar con el visto bueno de los prestamistas. Tupperware le debe a sus contratistas itinerantes 1.4 millones de dólares en comisiones.
El abogado especializado en quiebras Thomas J. Salerno, que no se encuentra vinculado al caso de Tupperware, señaló que esta situación “es como decir que sólo tienes 1.50 dólares en el banco”.
Mientras Tupperware está buscando la forma de reactivar sus operaciones mediante la atracción de inversionistas, sus prestamistas —entre los que se encuentran Bank of America (BofA) y los fondos de cobertura afiliados a Alden Global Capital y Stonehill Institutional Partners— se han negado a permitir el gasto de dinero.
Las instituciones financieras incluso han pedido al juez de quiebras de Estados Unidos, Brendan Linehan Shannon, que expulse a la empresa de la quiebra, una medida agresiva al considerar los puestos de trabajo y las deudas presentes en el caso.
¿Qué pasa con Tupperware si sus prestamistas cumplen su objetivo?
En caso de concretarse la petición de los prestamistas, terminarían ejecutando la hipoteca de la compañía, acortando así cualquier posible proceso de ventas. Dicha situación no es algo común, según dijo Salerno.
Según los prestamistas, no existe la posibilidad de que algún comprador quiera hacerse cargo de los problemas de Tupperware, que ha pasado al menos los últimos 17 meses intentando encontrar a un pretendiente.
De concretarse la desestimación de quiebra del Capítulo 11 por parte de Shannon, o si lo convierte en un procedimiento de liquidación, los prestamistas podrían obtener el control de la vendedora de frascos más rápido y sin invertir en un proceso legal.
Con información de Bloomberg
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