La repentina negativa de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para vender gas natural al proyecto de generación que Iberdrola construía en Tuxpan podría afectar no sólo a plantas generadoras que están por construirse, sino a algunas de las que ya venden energía a CFE y que estaban consideradas en el plan original del gasoducto Texas-Tuxpan, además de que sería un obstáculo para la atracción de inversión fuera del sector eléctrico.

“Al presentar el proyecto, la Comisión señaló 15 centrales que serían suministradas por el gasoducto”, dijo a EL CEO una fuente del sector que prefirió el anonimato.

Varias de estas se encuentran operando bajo el esquema de productor independiente de energía, y algunas de las empresas encargadas de operarlas, señaló la fuente, han externado preocupación de que se modifiquen los términos de su acuerdo o incluso que se les reduzcan los volúmenes de gas que se habían prometido en un principio.

“Otros posibles participantes están todavía en licitación, y esta situación podría disminuir el apetito por participar”, advirtió.

Las 15 plantas en estas lista son la de Altamira V y Tamazunchale, operadas por Iberdrola. La del Valle de México, operada por EVM Energía; Tuxpan II y Tuxpan V, operadas por Mitsubishi (a través de Electricidad Águila de Tuxpan); El Sauz, Poza Rica, Dos Bocas, San Lorenzo Potencia, Tula Vapor, Tula CC, Salamanca y Valle de México (repotenciación), operadas por CFE; y San Luis Potosí y Salamanca Cogeneración, que son las que aún se encuentran en proceso de licitación.

Rosanety Barrios, analista del sector, dijo que el actuar de CFE afecta la certeza, porque es una acción más en contra de la participación de generación privada en el país.

“Por absurdo que parezca, puesto que CFE no podría atender la totalidad de la demanda hoy obviando la generación privada. Me parece que es más una señal política, muy dura, sobre su opinión con relación al modelo energético de México”.

 

gasoductos, Texas Tuxpan
Centrales suministradas por el gasoducto Sur de Texas-Tuxpan (CFE)

Barrios destacó que desde la concepción del plan de los gasoductos siempre hubo dudas sobre la capacidad de la Comisión para aprovechar esta infraestructura mediante la venta de gas, y señaló que existía una tentación para controlar el mercado mediante la manipulación de precios del gas, debido a su condición de generador.

“Desde el diseño se corría ese riesgo, y la herramienta de contrapeso era la regulación y la política energética que incentivaba la competencia”, señaló.

Una de estas políticas era el use it or lose it (úsalo o piérdelo), que obligaba a CFE a ofrecer al mercado el volumen de gas que no estuviera utilizando en su propia generación.

Sin embargo, estos ‘candados’ han resultado poco eficientes debido a que la CFE ha sido capaz de cooptar a los reguladores y ha permitido a la empresa dejar de vender gas y no aprovechar la totalidad de la capacidad del ducto con tal de que los privados no generen, destacó Barrios.

Lo más preocupante, dijo la experta, es que la visión de que “la idea era acabar con la CFE” haya guiado el accionar de la actual administración, pues los altos precios a los que la empresa genera la convierten en una candidata ideal para enfocarse en transmisión, distribución y venta de gas, para así bajar eventualmente las tarifas y los subsidios.

“Pero a este gobierno resulta que no le gusta”.