Bancomext y Nafin han tenido una relación cercana con Petróleos Mexicanos, pero tienen ciertas inquietudes sobre posibilidades futuras de inversión, las cuales dependen en gran medida de los planes que la empresa productiva del Estado promueva, y del involucramiento que se permita a las empresas privadas en dichos planes.

Rebeca Pizano, directora general adjunta de banca de empresas en Bancomext, reveló que la banca de desarrollo en México ha estado más cercana a la Comisión Federal de Electricidad que a Pemex, siguiendo la línea de las bancas de desarrollo mundiales, las cuales han puesto especial atención en el financiamiento de energías renovables. Sin embargo, también explicó que existe un interés por financiar activos de oil and gas de forma más agresiva.

Sin duda tanto Nafin como Bancomext somos capaces de entrar en proyectos de largo plazo con iniciativas concretas, pero es cierto que una parte fundamental de los proyectos descansa en quién está detrás de estos, qué capacidad técnica tiene y cómo se hace acompañar de otros jugadores para que el conocimiento pueda garantizar lo que buscamos como banca, que es el repago del crédito.

Rebeca Pizano, directora general adjunta de banca de empresas en Bancomext

Bancomext ha estado involucrado en proyectos como gasoductos, almacenamiento y exploración y producción, explicó Pizano, quien resaltó que se están acercando a Pemex, pero que tienen ciertas inquietudes sobre el financiamiento de exploración, y que en lo general prefieren dirigir sus inversiones a la producción. “Es un reto, y sí queremos decirles como banca de desarrollo que vamos a apostar por el sector, pero creemos que debe haber una participación importante del sector privado con la parte que le corresponde”.

La calidad de los operadores participantes y la diversificación de los mismos es el elemento que hará financiable al segmento energético, coincidió Luis Brossier, director de la banca de inversión de Morgan Stanley, quien además resaltó que tendrá que entenderse muy bien cómo se pretende financiar los contratos con una figura en la que Pemex siempre es el off-loader principal. “Si Pemex no es la única fuente de financiamiento aumenta el tamaño del pastel”, comentó.

La falta de financiamiento estable afectaría mayormente a las empresas pequeñas que no tienen un plan creíble de sustentabilidad para afrontar este panorama, explicó Nymia Almeida, vicepresidente senior de Moody’s. Esto provocará que las empresas no tengan acceso a capital y, debido a que el sector energético demanda mucha liquidez de sus participantes, probablemente desaparecerán.

“El sector necesita de muchísimo capital y si no tienen la disciplina para operar de manera sostenible van a ser absorbidas por sus activos o se van a fusionar con otras. Es un riesgo muy alto en el mediano plazo”, advirtió.

La semana pasada Bancomext otorgó su primer crédito a una empresa privada nacional productora de petróleo. Grupo Diarqco fue beneficiada con un monto de 7.1 millones de dólares para el desarrollo del campo Mayacaste, en el que la compañía ha invertido más de nueve millones de dólares en la perforación de un pozo y los trabajos de ingeniería relacionados.