La reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, impulsada por la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, ha sido criticada por la iniciativa privada, sin embargo existen empresas que resultarán beneficiadas por estos cambios, además de Pemex.

Pemex actualmente no tiene capacidad para sacar el combustóleo (si no es a CFE), por lo que es la única razón para cambiar el orden del despacho. Si la eléctrica nacional buscara ser eficiente estaría priorizando proyectos de generación con renovables. “Lo único que tenemos es gas y combustóleo”, explicó Víctor Ramírez, analista del sector.

La solución sería temporal para Pemex. En un futuro cercano continuará produciendo combustóleo, lo que representa una fuga de capital que no se está atacando de fondo, señaló Elie Villeda, otro analista del sector.

La economía de los traslados de combustóleo entre CFE y Pemex no son transparentes, por lo que es imposible estimar cuánto tiempo será sostenible mantenerlo.

“No todas las plantas van a poder recibir el combustóleo todo el tiempo y hasta donde va a ser económicamente viable seguir generando a través de combustóleo es algo que no sabemos. Y no sabemos cuál será el modelo matemático para decidir esa viabilidad económica”.

El uso de combustóleo beneficiaría a empresas dedicadas a la venta de refacciones y el mantenimiento de instalaciones de generación que podrían ver una carga mayor a la acostumbrada por los cambios a la ley.

Ramírez dijo que es muy difícil saber el número, pero que se trata de unas pocas que básicamente “volverán a vender cosas que ya no vendían”.

Para la Comisión Federal de Electricidad esto podría convertirse en un problema. A

lgunos de sus antiguos proveedores han desaparecido o han cambiado de giro, y la empresa requerirá de reparar y dar mantenimiento a componentes que ya no son fabricados y cuyo uso ha caído a nivel mundial.

“Habrá quien les dé mantenimiento aún, pero será cada vez más caro y más complejo hacerlo. Es como conseguir el radiador de un auto de hace 40 años, probablemente lo encuentres o lo tengas que mandar a hacer, pero será más caro”, dijo Ramírez.

Villeda destacó que la CFE se ha enfocado en dar mantenimiento a sus plantas con su propia plantilla de trabajadores. Sin embargo, la sobrecarga que experimentarán las generadoras pondrá a prueba la viabilidad de este modelo en el largo plazo.

“Puede ser que vuelva a buscar proveedores, y en caso de hacerlo será el ciclo normal de un negocio, pero habrá que ver qué tanta presión pondrá esto en las finanzas de la CFE”, advirtió Villeda

CFE no ha hecho público el número de instalaciones de generación que volverán a trabajar bajo el esquema de la nueva ley, pero el año pasado, la empresa reportaba el despacho de sólo cuatro termoeléctricas, mientras que este año reportan 13 unidades.

Estos números pueden no mantenerse a través de las distintas tecnologías de generación, pero sirve como una muestra del número de instalaciones que podrían ser encendidas de nuevo.

El plan de CFE tiene como fundamento el gas natural, por lo que empresas de endulzamiento de gas, de transporte, de tuberías y de ramales también podrían ver un impulso a sus ventas. Villeda destacó además que los servicios de inteligencia de mercados y de desarrollo de modelos también tendrán un impulso.

Finalmente, existe un sector que podría alzarse como el gran ganador del mercado eléctrico, pues el gobierno ha dejado las condiciones legales para que extienda su presencia en el grid energético.

“Generación distribuida. Primero porque no la tocaron, segundo porque viene un cambio que significará un incremento de las tarifas comerciales y doméstico de alto consumo, entonces el retorno de inversión de instalar paneles solares en techos se volverá más atractivo y más corto”, dijo Ramírez.

La propia redacción de la ley, y cifras publicadas por CFE revelan que el gobierno espera un alza en la capacidad instalada de este modelo.

Ramírez destacó que podría ser la forma en la que el gobierno se escude para contradecir a los críticos y señalar que sí existe apertura para la inversión privada en el sector. El Prodesen proyecta la instalación de alrededor de 700 MW anuales entre 2021 y 2035: hasta ahora el promedio de instalación anual era de alrededor de 350 MW.