Petróleos Mexicanos (Pemex) siempre ha sido objeto de escrutinio y debate, pero el 2025 se perfila como un momento crucial que podría definir su destino y representar el punto de inflexión en el que posiblemente “le explote la bomba a la nueva administración federal“, aseguraron especialistas.
De acuerdo con el director financiero en Invala Family Office, Amín Vera, hay desafíos inminentes que enfrentará el próximo gobierno, ya sea encabezado por Xóchitl Gálvez Ruiz, Claudia Sheinbaum Pardo o Jorge Álvarez Máynez.
Según el especialista, la reciente rebaja de calificación por parte de Moody’s -el pasado 9 de febrero bajó a B3 desde B1- es solo la mano que levantó la caja de pandora y que recordó la serie de desafíos financieros que enfrentará la empresa y, por ende, el nuevo gobierno federal.
Vencimientos cercanos
Los principales problemas se orientan a los vencimientos masivos de deuda que enfrentará Pemex en ese año. Estos vencimientos son de una magnitud sin precedentes y Pemex carece de los recursos financieros necesarios para hacer frente a estas obligaciones.
De acuerdo con Moody’s, los vencimientos de deuda, alcanzarán en ese año un máximo de más de 10,000 millones de dólares y 13,700 millones para 2026; se prevé una disminución del flujo de efectivo operativo a causa de la expansión de negocio de refinación que genera pérdidas, las cuales fueron de 31,500 millones entre 2019 y 2022.
“El presupuesto de 2024 sugiere una reducción de las inversiones de capital en comparación con el año pasado, lo cual podría dificultar (…) el futuro”, detalla la calificadora.
El analista energético Ramses Pech, dijo que Pemex enfrenta dificultades para pagar a sus proveedores, lo que muestra una situación de liquidez precaria y una incapacidad para cubrir sus obligaciones financieras más básicas.
“Pemex sigue siendo una bomba de tiempo. Ya son inalcanzables los requerimientos financieros, también la inversión es un desastre”, advierte Vera.
Según el estratega, se suma un factor adicional, durante la administración de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se ha observado una disminución en el CAPEX (gastos de capital operativo) y la inversión destinada a mantenimiento y exploración de nuevos pozos.
Pemex ha recurrido al recorte del CAPEX, ¿esto en qué impacta?
Pemex ha recurrido al recorte del CAPEX como su última carta para reducir la deuda, lo que ha permitido a la empresa mantener su acceso al financiamiento en los mercados internacionales.
Sin embargo, esta estrategia ha llevado a un aumento constante en las tasas de interés a las que Pemex accede en estos mercados. En los últimos 15 años, la tasa de interés de la compañía petrolera ha aumentado sus emisiones de deuda en dólares significativamente, alcanzando niveles insostenibles.
“El CAPEX es el tipo de inversión más necesaria en cualquier industria y mucho más para el sector petrolero, si no tienes CAPEX estás condenando a tu empresa”, dijo Amín Vera.
Estas decisiones, señala Ramses Pech, han afectado el verdadero negocio de Pemex, este no se encuentra exclusivamente en la producción de crudo ni en sus ventas, sino más bien en la comercialización de combustibles.
Mientras que el margen de ganancia en la refinación es conocido por ser muy bajo, el verdadero potencial de ingresos para Pemex radica en la comercialización de los productos derivados del petróleo, explicó.
El experto aclara que la comercialización abarca todos los productos que Pemex puede vender, ya sean importados o producidos localmente a través de la refinación. Esta área de negocio incluye la venta de gasolina, así como otros productos petrolíferos, y representa la principal fuente de ingresos para la empresa estatal en la actualidad.
Hay desconfianza y un mal manejo de deuda
Los inversionistas internacionales ya perciben un alto riesgo en Pemex y exigen tasas de interés extremadamente elevadas para compensar este riesgo.
Al menos así lo consideró Vera quien ejemplificó que Pemex, con AMLO, ofreció una tasa de interés del 14% en una emisión de deuda en Estados Unidos, mismo que describió como “fuera de toda proporción”.
Como resultado, la empresa enfrenta dificultades para obtener financiamiento a tasas más bajas, lo que la lleva a depender de fondos con intereses especulativos.
El analista de Invala Family Office señaló que los fondos internacionales, incluido el gigante de la gestión de deuda Pimco, han reducido o cesado por completo su exposición a Pemex debido a las preocupaciones sobre su solidez financiera.
Esta situación refleja la falta de confianza en la capacidad de Pemex para cumplir con sus obligaciones financieras, lo que complica aún más el acceso al financiamiento en los mercados internacionales.
La decisión que tome el nuevo gobierno federal afectará la calificación
El experto financiero de Roga Capital, Jacobo Rodríguez, señaló que para el año 2025 la decisión que tome el nuevo gobierno federal impactará en las calificaciones crediticias de Pemex.
Rodríguez subraya que la próxima administración se encuentra en una encrucijada en cuanto al apoyo que brindará a Pemex.
Está la decisión de continuar con el mismo respaldo otorgado por el presidente actual López Obrador, o adoptar un enfoque diferente.
Si la próxima administración opta por no brindar un apoyo similar al ofrecido por López Obrador, esto podría desencadenar una degradación en las calificaciones crediticias de la empresa, lo que a su vez tendría consecuencias significativas para la economía mexicana en su conjunto, comentó.
“Pemex sigue siendo un lastre, una carga bastante importante para el gobierno federal, si el gobierno actual no le diera este respaldo, la calificación de Pemex estaría en nivel basura. El próximo gobierno federal tendrá que decidir su futuro”, comentó.
Un Fobaproa para Pemex
Para el año 2025 se requerirán acciones decisivas para abordar la situación de Pemex, considerada la empresa más endeudada del mundo.
Uno de los riesgos latentes es que México tenga que absorber la deuda de la petrolera estatal, lo que podría tener un impacto significativo en la calificación crediticia del país.
El analista financiero Amín Vera plantea la implementación de un Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) específico para la empresa estatal, es aplicar un programa similar de rescate implementado en la década de 1990.
Esta propuesta, aunque pareciera controvertida, admite, busca detener el continuo drenaje de recursos públicos hacia una entidad considerada como un pozo sin fondo.
La propuesta del Fobaproa para Pemex consistiría en establecer un cronograma de pagos a 30 o 40 años, financiado mediante deuda pública. Este enfoque permitiría al gobierno asumir la responsabilidad de la deuda de Pemex y establecer un plan de pago gestionable a largo plazo.
“La única forma de realmente cerrar ese pozo sin fondo es hacer un Fobaproa, de aquí a 30 años, 40 años. Lo vamos a pagar con deuda pública (…) pero que ya no siga creciendo más”, comentó.
Además, limitaría la capacidad de Pemex para seguir aumentando su deuda y protegería los recursos públicos de futuros rescates financieros.
Sin embargo, su implementación enfrentaría desafíos significativos y requeriría un amplio consenso político y social. En última instancia, la adopción de medidas audaces y decisivas puede ser crucial para salvaguardar la estabilidad económica de México y evitar una crisis financiera más profunda.
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