El reporte financiero de Pemex al tercer trimestre está lleno de claroscuros que indican avances en el frente de exploración y producción, pero un estancamiento en la refinación y otros procesos, lo que podría ser el obstáculo principal para la mejora económica de la compañía en el mediano plazo.
Las ligeras mejoras al reportar una utilidad neta de 1,411 millones de pesos demuestran que era natural que la petrolera reflejara estos números, después del peor trimestre en la historia de la industria de hidrocarburos.
“Me parece que Pemex Exploración y Producción está haciendo un esfuerzo importante, pero lo más que ha conseguido es estabilizarse, y me parece que está lejos de sus metas y de ser una empresa que financie su operación. Ese esfuerzo se pierde en Transformación Industrial, que hoy es el peor enemigo de Pemex”, asegura Rosanety Barrios, analista del sector.
El reporte de Pemex indicó que los márgenes de refinación cayeron de los 9.9 dólares por barril reportados el trimestre pasado (cifra que ambos expertos consultados cuestionaron) a un dólar por barril.
Además, la producción de combustóleo registró números históricos e incluso rebasó a la producción trimestral de gasolina, lo que pone en evidencia el mal estado del Sistema Nacional de Refinación.
“Este margen no sirve para nada y no dice nada. El trimestre pasado se reportó altísimo y Pemex siguió sufriendo pérdidas. Además no sabemos cómo lo calculan”, señaló la experta.
Barrios explicó también que la división de Exploración y Producción de Pemex ha realizado esfuerzos por controlar sus costos, pero consideró que se encuentra limitada por la configuración de sus pozos, la cantidad de campos en declinación y la falta de tecnología que les permita maximizar sus rendimientos.
“Debido a lo que presentaron es fácil que uno, dependiendo de su visión, tome cierta tangente. Podemos decir que Pemex ganó dinero este trimestre, aunque haya sido poco, o podemos hacer el balance y reconocer que es un año muy malo”, señaló Adrián Calcaneo, director de Midstream y Líquidos para IHS Markit.
Advirtió que los problemas para la empresa continúan en forma de acumulación de deuda e impuestos, además de que los costos de exploración y producción se han mantenido.
Calcaneo señaló que un reporte no crea tendencia, y que no existen elementos suficientes para hablar de una recuperación a largo plazo hasta que se vea una serie de resultados positivos.
“Nunca nos han dicho cuál es el plan en cuestiones financieras, entonces no sabemos si esto está más cerca o lejos del objetivo. El mensaje da la impresión de que lo están manejando al día, pero sin esta posibilidad de evaluar es difícil saber si se corregirán los problemas endémicos de la empresa”, dijo.
En el mediano plazo, el principal objetivo de Pemex debería ser la diversificación hacia la petroquímica y otras fuentes de energía, así como la reducción de sus volúmenes de refinación, actividad que está resultando poco redituable. Sin embargo esto parece alejado de los objetivos de la política federal, quien tiene al mando a la secretaria de Energía, Rocío Nahle.
“La bandera de Nahle no son los barriles de petróleo, sino los de gasolina. Pensar que esta administración va a aceptar que nuestro principal problema es la refinación es impensable”, consideró Barrios.
Ante este escenario, la siguiente prioridad debería ser el aumento de las reservas probadas, actividad que no ha recibido la inversión necesaria a pesar de presentar resultados mínimos: la empresa calcula que las reservas probadas (1P) alcanzarán los 7,400 millones de barriles de crudo equivalente para 2021, cifra que aún no alcanza los 7,700 millones de barriles que existían en 2018.